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Columnistas

La esperanza en Lagos

Director Ejecutivo de IdeaPaís

Por: Equipo DF

Publicado: Jueves 26 de enero de 2017 a las 04:00 hrs.

Si bien es obvio que el ex presidente Ricardo Lagos tiene una impronta que ilusiona con mayor estabilidad económica y garantiza ciertos mínimos de gobernabilidad, sobre todo en comparación con el actual gobierno, no deja de sorprender la alegría que su candidatura ha significado para los simpatizantes de la derecha. Alivio fueron en su momento las palabras del ministro del Interior, Mario Fernández, cuando lanzó el augurio de que la disputa presidencial sería entre Lagos y Sebastián Piñera, pero como lo demuestra la irrupción del senador Alejandro Guillier ni siquiera los vaticinios le resultan al “Peta” y esa tranquilidad pareciera que se esfumó. ¿Qué nos dice la simpatía de parte de la derecha frente a una eventual candidatura de Ricardo Lagos?

En primer lugar, nos habla de que el gobierno del ex presidente de la Concertación fue valorado, a la larga, desde la derecha sólo por sus resultados. Un gobierno en que, por ejemplo, se impulsaba con fuerte ánimo la colaboración entre el Estado y los privados, entendiendo el aporte que son estos últimos y sin una manifiesta intención de arrojárselos encima. Uno que sí tuvo aspectos positivos para el país, que nublaron la vista de algunos y permitieron obviar los graves problemas de corrupción de dicho gobierno y también los mea culpa que han acercado a Lagos a una izquierda más dura.

Pero nos habla también de cómo muchos en la derecha siguen mirando los problemas políticos sólo desde la perspectiva de la estabilidad económica, como si fuera posible aislar el resto de las posiciones políticas que tenga un candidato. ¿No influye, acaso, su mirada sobre el pueblo mapuche en el desarrollo de la región?, ¿su socialismo en la manera de abordar la desigualdad?

Y aunque es sano buscar puntos de acuerdo para construir políticas de largo plazo que miren al país de cara a 20 años, los acuerdos se reafirman después de construir las propias posiciones. La actitud con el ex presidente Lagos deja patente que parte de la derecha cree que ya todo fue dicho y que su propuesta política ya fue desarrollada.

Esta es una renuncia más grave, porque en el fondo es resignarse a administrar sus ideas y propuestas de hace 30 años sin ajustarlas ni repensarlas. Es renunciar a la creatividad, tan importante para emprender cualquier proyecto político y tan necesaria a la hora de buscar soluciones. Por eso ante las críticas a las instituciones con las cuales la derecha revolucionó nuestra economía y desarrolló este país, algunos responden sólo haciendo el punto para compararlas con los anteriores fracasos del socialismo internacional.

Renovar la política está lejos de ser un tema puramente generacional, pasa también por ir ajustando las propias ideas. Cuando surgen nuevos movimientos dentro de la derecha, se requiere creatividad para encontrar y trabajar los puntos de acuerdo dentro del propio sector. La mirada esperanzada en un candidato de izquierda, induce a abandonar el esfuerzo de entenderse con los propios y así cualquier posibilidad de construir un proyecto colectivo.

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