Padre Hugo Tagle

Emparejar la cancha

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Por: Padre Hugo Tagle | Publicado: Lunes 22 de septiembre de 2014 a las 05:00 hrs.
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La libertad e igualdad, su integración y justa combinación, son temas que han saltado a la agenda pública con fuerza. Ya sabemos que no se trata de quitarle los patines a unos, sino que de colocárselos a los otros. Pero en una cancha pareja, con igualdad de oportunidades. Sabemos también que no basta con un PIB más alto: se requiere cohesión, confianza entre las personas, sentido de pertenencia, mayor inclusión, pasar de la política de los atrincheramientos, mentalidad de Ghetto, a la de cooperación y colaboración; combinar creadoramente ambas virtudes de manera que devenga en una espiral virtuosa y no estéril. Crecer en solidaridad y conciencia de mutua pertenencia. Solo así, todos ganamos.

La sociedad no es una suma de individuos aislados; su integración es lo propio humano. “La fraternidad genera paz social, porque crea un equilibrio entre libertad y justicia, entre responsabilidad personal y solidaridad, entre el bien de los individuos y el bien común”, dice el Papa. Crear sociedad supone responsabilidad por el otro, lo que redunda en mi propio bien. Para ello, debo sentirme comprometido con quien tengo a mi lado. Añade el Papa: “La solidaridad cristiana entraña que el prójimo sea amado no sólo como «un ser humano con sus derechos y su igualdad fundamental con todos», sino como «la imagen viva de Dios Padre, rescatada por la sangre de Jesucristo y puesta bajo la acción permanente del Espíritu Santo», como un hermano”.

Lo propio cristiano es lo solidario; incluir al otro, esperar al rezagado, tender una mano al caído. Esto que pareciera exclusivo de una mirada religiosa, no lo es. Lo cristiano viene a ser lo humano. Pensar y buscar el bien del otro me conviene, conviene a todos.

“La falta de fraternidad entre los pueblos y entre los hombres es una causa importante de la pobreza”, dice el Santo Padre. La mejor inversión de quien tiene, y si quiere tener más legítimamente, será ir en ayuda de quien tiene menos. “Se necesitan políticas dirigidas a atenuar una excesiva desigualdad de la renta”, dice el Papa. Al final ganamos todos. “Las graves crisis financieras y económicas –que tienen su origen en el progresivo alejamiento del hombre de Dios y del prójimo, en la búsqueda insaciable de bienes materiales, por un lado, y en el empobrecimiento de las relaciones interpersonales y comunitarias, por otro– han llevado a muchos a buscar el bienestar, la felicidad y la seguridad en el consumo y la ganancia más allá de la lógica de una economía sana”. Bien haríamos en revisar la forma de construir sociedad y nuestros estilos de vida. Ganamos todos.

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