La marcha de la economía chilena

Un crecimiento tanto en materia de producción manufacturera como de ventas del comercio se observó en el país durante enero, comparado con igual mes de 2011, según informó el Instituto Nacional de Estadísticas (INE).



En el primer caso se trató de una expansión de 3,7%, es decir, por encima de las expectativas de analistas privados; y, en el segundo, de un alza de 6,3%, que para algunos economistas podría implicar los primeros signos de una cierta desaceleración por el lado del consumo.

De cualquier modo, el comportamiento de estos sectores debiera contrarrestar la caída que registró la producción minera -de 6,7%- al partir el año e impulsar las cifras de actividad agregada para ese período hasta niveles de 5%.

De ser así, o incluso de quedarse en una expansión del 4%, Chile habría inaugurado el presente ejercicio en el techo de las estimaciones del Banco Central (3,75% y 4,75%). Si bien este rango se compara desfavorablemente con la expansión del PIB de 2011 -del orden de 6,3%-, es un hecho también que la desaceleración era un tema previsto y que incluso se temió que podía ser mayor dada la crítica situación económica en Europa y el serio riesgo de contagio.

A estas alturas, no obstante, la sensación prevaleciente es que se están adoptando las medidas para que la recesión del Viejo Continente no arrastre a Estados Unidos o China y ello estaría dando ciertos resultados.

Esta favorable partida de año, sin embargo, no debiera llevar a 
autocomplacencias sino que más bien a fortalecer toda aquella iniciativa que mejore la capacidad de crecer del país en el mediano y largo plazo.