La expectativa de una inminente intervención de las potencias occidentales en Siria, tras el supuesto ataque con armas químicas contra civiles realizado la semana pasada y que se atribuye al gobierno del presidente Bashar al Assad, ha sacudido con fuerza a los mercados financieros y de materias primas mundiales -el petróleo en particular-, debido a la preocupación de los inversionistas sobre la escalada que podría alcanzar una acción militar en el país desgarrado por la guerra civil.
En medio de las preocupaciones sobre la seguridad de los suministros de petróleo de Medio Oriente, el precio del crudo ha marcado máximos en varios meses reflejando la incertidumbre en torno a una intervención militar que, según observadores, incluso podría implicar que suba la tensión en otros grandes productores mundiales de crudo como Arabia Saudita, Irak y Kuwait.
Aunque el presidente estadounidense, Barack Obama, ha asegurado que aún no ha tomado una decisión sobre un ataque militar sobre Siria, ha dejado en claro que el objetivo de una acción limitada estaría enfocada en frenar el potencial uso de armas químicas. Así, la incertidumbre sigue en un conflicto que, además, tendría efectos económicos globales.