Sin proyecciones propias y más bien sumándose al vaticinio que auguraba una estrecha votación, el presidente de la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa), Bernardo Larraín Matte, fue parte de los que se sorprendió el domingo con el amplio margen de victoria que consiguió Sebastián Piñera en el balotaje que lo enfrentó con Alejandro Guillier.
Hace el punto en que quizás es más sorpresivo el resultado de la primera vuelta que de la segunda, porque este último “claramente es más coherente con un diagnóstico que se ha ido consolidando” en cuanto a que los chilenos sienten que han progresado en los últimos 30 años.
Pero los industriales, dejando atrás las hipótesis y teorías electorales, optaron por lo que viene. Por esto, el miércoles, en el último consejo general del año, invitaron a los coordinadores programáticos de Piñera, Gonzalo Blumel y Susana Jiménez, quienes presentaron el plan económico del futuro gobierno. Larraín está convencido: “Serán muy relevantes las señales que den en los primeros 100 días”.
- ¿Qué le parece el triunfo de Piñera? No fue una elección estrecha como se esperaba...
- Cuando los datos objetivos hablan por sí mismos, sobra mi parecer. Fue un resultado claro y contundente, con una participación sobre 7 millones de personas y un día de elección ejemplar. En dos horas estaba el resultado y el presidente electo junto con el candidato derrotado le hablaban al país. Al día siguiente la presidenta en ejercicio visita al presidente electo en su casa. Y aunque una democracia trasciende en mucho al día de la elección, me parece que los datos y las imágenes mencionadas, son bastante representativos de la calidad de nuestra democracia.
- ¿Cuáles son las posibles causas de la victoria? ¿Es un voto de castigo al gobierno de Bachelet?
- No quisiera arrogarme la capacidad para interpretar los resultados de la elección porque no soy analista político, pero sí puedo decir que el resultado es coherente con un diagnóstico que se ha venido consolidando. Me refiero a que los chilenos valoran el progreso que han experimentado en los últimos 30 años y son muy conscientes que sus hijos tienen más oportunidades que las que tuvieron ellos. Saben de la importancia del crecimiento como base para que esas oportunidades se sigan expandiendo. Han vivido las consecuencias del frenazo de la economía en términos de empleos más frágiles y de peor calidad. Creo que sospechan del asistencialismo del Estado así como de los ofertones de condonación y gratuidad.
Piñera conectó mucho mejor con esos chilenos de una clase media emergente que saben que han surgido principalmente gracias a su propio esfuerzo.
- En la primera vuelta sorprendió el porcentaje que apoyó a Piñera, pero el domingo la situación fue al revés. ¿Qué pasó con el electorado?
- Quizás la segunda vuelta fue más representativa del diagnóstico que describí y quizás lo que habría que preguntarse es por qué en la primera vuelta no se reflejó eso.
- Guillier dijo que esta fue una derrota electoral, pero no necesariamente política. ¿Coincide?
- Creo que en esta elección fueron derrotados un diagnóstico, una forma de hacer las cosas y una orientación política.
El diagnóstico derrotado es el del profundo malestar de los chilenos con lo ocurrido en los últimos 30 años en Chile. La forma de hacer las cosas derrotada, es el menosprecio por los acuerdos y por las políticas públicas debidamente discutidas y sopesadas. Y la orientación política derrotada es un estatismo exacerbado y una relativización de la importancia del crecimiento.
“No podemos ignorar las fragilidades y temores de los chilenos”
- ¿Cuál será la principal fuerza opositora? ¿La Nueva Mayoría será desplazada por el Frente Amplio?
- Objetivamente hoy se ve un Frente Amplio más coherente y ordenado y una Nueva Mayoría fragmentada, sin un ideario que la diferencie del primero. Los que marcaban una diferencia, la socialdemocracia y una Democracia Cristiana de centro, tuvieron una derrota fuerte, principalmente por omisiones propias. Sería muy bueno para Chile que se rearticulara como una oposición constructiva, como sugirió Clemente Pérez. De otra forma, la oposición real será más bien el Frente Amplio y sectores afines, los autores originales de la postura crítica sobre la evolución del país en los últimos 30 años.
Y volviendo al porqué del resultado de la elección, y en relación a lo que representa el electorado del Frente Amplio, no quisiera parecer excesivamente autocomplaciente con el estado actual de las cosas. Por supuesto que no podemos ignorar las fragilidades y temores que sienten justificadamente los chilenos que han progresado, o los sectores de la sociedad que aún viven en una pobreza extrema de la cual debiéramos hacernos cargo.
Es evidente que se requieren reformas. Sin embargo, los chilenos quieren que las reformas las haga un gobierno que, al acometerlas, mantenga el dinamismo de la economía. Que las haga bien.
- ¿Se ve como un riesgo que el Frente Amplio se transforme en una fuerza protagonista?
- Depende. Las señales que dé el nuevo gobierno en los primeros 100 días serán muy relevantes. ¿Mostrará una vocación de reformas estructurales y de convocar acuerdos transversales para implementarlas o se limitará a gestionar bien lo que hay? Tiene una oportunidad única de ser lo primero. Es más fácil decirlo que hacerlo, pero el nuevo gobierno tiene un mandato ciudadano contundente, un liderazgo potente en la persona del presidente y un buen elenco desde donde conformar su equipo.
Sería lamentable que estas capacidades no las pusiera a trabajar en lograr acuerdos en torno a reformas estructurales, como es la modernización del Estado. ¿Qué sector político, incluyendo el Frente Amplio, se puede restar de un desafío como este que debiera ser transversal? No se trata de la discusión de más o menos Estado que divide, sino que de la discusión de un mejor Estado que debiera unir.
“La dificultad será moderar las expectativas”
- ¿Qué tan difícil será gobernar, considerando las diferencias en la coalición de gobierno, entre la UDI y Evópoli?
- Más que las diferencias entre un partido y otro de la coalición ganadora, que reflejan más bien diversidad, lo difícil será gobernar en una sociedad más compleja donde cuesta identificar con nitidez el interés general de la activación de una diversidad de grupos de interés que legítimamente velan por su identidad e intereses.
En un contexto donde la política ha exacerbado las expectativas, la dificultad será moderarlas y volver a poner en el centro de la acción política la importancia de la focalización. ¿Los niños primeros (Sename, educación inicial) o la condonación de deudas? ¿El fortalecimiento de la educación técnico – profesional o la gratuidad universitaria universal?
"Una lectura de la primera vuelta es la demanda por un recambio de caras"
Para Larraín, tanto las condiciones externas como las mejores expectativas que se generan por la elección de un presidente y programa que le da más protagonismo al crecimiento, permiten anticipar su reactivación. Lo lamentable, dice, sería que estos vientos favorables "se vieran limitados por las restricciones estructurales a nuestro crecimiento potencial que todos han reconocido". "Por eso es tan importante acometer reformas como la modernización del Estado", enfatiza.
Asegura que en esto hay un diagnóstico compartido: las leyes están quedando con mayores espacios de indefinición y de interpretaciones discrecionales por parte de los servicios públicos encargados de aplicarlas. Y, por otro lado, están generando impactos no anticipados o abiertamente ignorados en el crecimiento y en la productividad. "El programa de Piñera incluye la creación de una agencia autónoma de calidad de políticas públicas y fortalecer las capacidades del Congreso en esta materia. Propuestas en el mismo sentido tenía Guillier", refuerza.
Y agrega: "El ex ministro Valdés hace algunas semanas manifestó su preocupación por el deterioro en la calidad de las políticas públicas. Incluso el diputado Boric criticó hace algunos días lo obsoleto que consideraba el proceso de diseño de las leyes en el Parlamento. Puede ser una buena causa para re-estrenar los acuerdos transversales en la política chilena".
Perfil del nuevo gabinete
Larraín cree que Piñera "tiene la gran oportunidad de articular un gabinete que combine recambio con experiencia política".
Explica que "una de las lecturas que debemos hacer de la primera vuelta es la demanda ciudadana por un recambio de caras".
"Es un desafío que todo actor que aspira a influir en el debate de políticas públicas debe enfrentar, debate que se realizará más que nunca en una cancha abierta y transparente, incluido el mundo empresarial. Este recambio no puede soslayar la importancia de la experiencia política, sobre todo cuando se deberá lidiar con un Parlamento más fragmentado", dice.
"Es fundamental acometer reformas estructurales"
- ¿Cuáles son las expectativas del empresariado con Piñera?
- Los datos duros muestran que hay una expectativa de mayor crecimiento e inversión. La reacción de los mercados financieros así lo indica. Y las expectativas son relevantes para reactivar la economía, pero para que éstas se consoliden y para que sea la inversión y el crecimiento potencial de largo plazo el que alcance nuevos umbrales, es fundamental acometer reformas estructurales. El crecimiento no es una tecla que se pueda tocar directamente. Para expandirlo, hay que tocar teclas como la modernización del Estado, así como las regulaciones laborales, tributarias y previsionales, que se verán desafiadas por los cambios tecnológicos y demográficos. Para transformar estos cambios en oportunidades para el progreso de los chilenos debemos acometer reformas en una diversidad de regulaciones.
- En los últimos días se han cerrado varios negocios: Bci-Walmart, Masisa- Arauco, CDF está a punto... ¿Coincidencia o se estaba a la espera del resultado electoral?
- No conozco el detalle de esas transacciones, pero estas son de larga gestación en general. Es más coincidencia que otra cosa, porque son asuntos que se vienen conversando hace mucho tiempo.
- ¿Qué rol tendrán los gremios?
- Tenemos que participar en forma abierta y transparente en el debate público junto con otros actores que hace mucho tiempo decidieron hacerlo. Y también ponernos a disposición del nuevo gobierno para colaborar en el diseño de las políticas públicas del Chile del siglo XXI, sobre todo en aquellas materias que dicen relación con el proceso de inversión. En Sofofa creemos que otro eje fundamental en la modernización del Estado, que dice relación con la institucionalidad por donde pasa el flujo de inversión en Chile. Debemos reformar el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental.
Es importante, además, avanzar en instrumentos de descentralización tributaria que permitan que una parte de los impuestos generados por los proyectos de inversión queden en las comunas donde se ubican para ser invertidos en desarrollo social. Más allá de los perfeccionamientos que requiere el código tributario en el sentido de simplificarlo y reincorporar incentivos a la inversión, y el laboral para incorporar un mayor espacio para la flexibilidad, son regulaciones que están siendo desafiadas en todo el mundo.
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