Descentralización como motor del desarrollo. Ese concepto es la nueva motivación de Hans Eben. El director de empresas, ex presidente de Icare y actual responsable del capítulo metropolitano del Consejo Nacional de Regionalización y Descentralización (Conarede) abrirá hoy el seminario “Chile descentralizado… desarrollado”, que convoca a los precandidatos presidenciales, al subdirector de gobernabilidad y desarrollo territorial de la OCDE, Mario Marcel, y al ex superintendente de Valores y Seguros y actual integrante del grupo ResPública Chile, Alejandro Ferreiro, entre otros expositores.
Su idea es clara: Chile puede llegar al desarrollo, pero es esencial la búsqueda de caminos que permitan sortear los vaivenes de los mercados, la desaceleración de los socios comerciales y la depreciación que pueda sufrir el precio del cobre.
Acá es precisamente donde aparece la descentralización como engranaje para dar el salto hacia un progreso económico mucho mayor. “Todo el mundo cree en el tema de la descentralización, pero nadie hace nada. Se trata de compartir el poder, de dotar de real autonomía a las regiones. El desarrollo, lo dice la experiencia a nivel internacional, es una correlación con la descentralización de un país. Casi sin excepción, todos los países desarrollados son descentralizados”, afirma.
Y en eso pone énfasis: “Chile actualmente cuenta con 4 motores de desarrollo, que son las regiones Metropolitana, de Valparaíso, del Biobío y de Antofagasta por la minería, que representan el 75% del PIB, pero tenemos que intentar generar a lo menos 9 motores de desarrollo porque en Chile hay potencial para eso en distintas regiones. Están la industria vitivinícola, forestal, frutícola, el turismo, cada uno de esos polos podría ser una fuente de apoyo a las regiones”.
En ese sentido, destaca que uno de los ejemplos más claros de la concentración lo muestra actualmente la Región Metropolitana, que acapara el 42% de la población y un 49% del PIB del país.
Reformas al modelo
En este marco, el ingeniero comercial y MBA de la Universidad de Chile plantea que hay algunos ajustes que se debe hacer al modelo capitalista para evitar que fenómenos como la centralización crónica generen mayor frustración en la población.
“Chile tiene un problema de productividad y está perdiendo competitividad en las exportaciones porque el costo de mano de obra y energía está afectando los niveles de rentabilidad de las empresas. Chile produce
US$ 16,2 por hora comparado con el promedio de US$ 61 de los países de la OCDE, por lo tanto, si nosotros nos comparamos con nuestros socios nuestra productividad es un tercio de los países en el umbral de desarrollo. Ese es nuestro principal talón de Aquiles hoy”.
Dicho de otra forma, agrega, “al compararnos con la OCDE, Chile produce el equivalente a 5 millones de habitantes y consume como si tuviera 41 millones de habitantes. Esa brecha se llama frustración colectiva, conectada y contagiosa. Esto se ve en las calles y en todos los escenarios. Entonces el salto requerido para que Chile se instale entre los países desarrollados va a requerir necesariamente la descentralización política, económica y territorial del poder”.
A su juicio, ello está provocando que la sociedad frustrada presione por cambios del modelo, “pero no entienden que lo que queremos los empresarios es un país sin pobres y no uno sin ricos. El modelo capitalista sigue siendo el más válido y probado para producir el progreso y bienestar de la sociedad, reconociendo eso sí que la velocidad del crecimiento económico requiere ahora ajustar el modelo capitalista para evitar los efectos colaterales de la sociedad partiendo por la educación. Por lo tanto, si nosotros no lo ajustamos la sociedad frustrada lo hará y eso es peor”.
Formas para avanzar
Si bien destaca que en los aspectos macro hay una buena gestión, Eben afirma que faltan reformas. Entre ellas apunta a tres aspectos clave para una descentralización efectiva: capital humano, conectividad e incentivos. “Sin eso no se avanzará. Es necesario tener en cuenta que Chile es un país demasiado largo y angosto en el que se necesita una conectividad de primer nivel. No puede ser que el único aeropuerto del país donde se puede aterrizar de noche sea el de Santiago. A eso hay que agregar valor al capital humano. Se debe avanzar hacia un fortalecimiento de la educación preescolar y escolar, en la calidad de los docentes para llevarlos a regiones con buenos salarios”.
Además, en materia de incentivos plantea algunas ideas que, estudiadas con seriedad, podrían ponerse en práctica como una diferenciación en los tributos para las empresas que se instalen en regiones, un beneficio en impuestos específicos a los combustibles para las zonas más apartadas del país y fortalecer el acceso a viviendas y servicios básicos “para atraer personas y emprendimientos a distintas zonas del país”.
Respalda a ministro Larraín sobre efectos en la inversión
La agenda de las últimas semanas ha estado marcada por las polémicas declaraciones del ministro de Hacienda, Felipe Larraín, quien afirmó que las propuestas de la Concertación y el PC están afectando el escenario económico del país y que han generado una caída en la inversión.
Al respecto, Hans Eben plantea que "los empresarios están preocupados por los escenarios que se están planteando porque se puede ir afectando al mercado porque este se mueve por las expectativas futuras".
A juicio del ex presidente de Icare estos fenómenos podrían generar un enfriamiento de la inversión.
Por ello, llama a canalizar las propuestas "hacia el bien del país para evitar que se afecte el crecimiento sostenido y exitoso de los últimos años".
De todas maneras, cree que luego de las primarias las aspiraciones políticas retomarán un cauce de "cordura", con la definición de los candidatos que participarán en la elección de noviembre.
Lo mismo espera para los debates de energía y medioambiente a fin de concretar las inversiones necesarias que se requieren para hacer frente a los desafíos que impone un país que se acerca al desarrollo.
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