Como un punto de inflexión para la industria naviera está siendo el ejercicio actual, luego de un importante período de cifras a la baja, tanto en materia de actividad, como de tarifas de flete que se arrastran desde la crisis subprime de 2008.
"En 2017 vimos un aumento ligero en el precio de los fletes, pero también hay costos que han subido. Creemos que vamos en el camino correcto, pero todavía falta que se lleven a cabo estas consolidaciones", explica John Carmichael, Head of Latin America Key Clients de Maersk Line.
Por su parte, Andrés Kulka, director para América Latina de Hapag-Lloyd, dice que espera "que las tarifas hayan tocado fondo, ya se ha visto la recuperación de flete de distintos tráficos, en el caso de las rutas grandes como Asia, Norte de Europa, Asia, EEUU, las tarifas ya están mejores que el año pasado y en promedio debiesen ser superiores a 2016".
Según el ejecutivo, el crecimiento estaría en torno al 5% este año en el continente, cifra levemente superior al indicador global.
En cuanto a la razones detrás de esta recuperación y cambio en la tendencia, Ricardo Tejada, gerente general de la Asociación Nacional de Armadores (ANA), señala que durante los últimos años se ha frenado la construcción de nuevos buques, controlando de esta manera la excesiva oferta de transporte marítimo en comparación a la demanda, e incluso se han anulado nuevos contratos de fabricación, a lo que se suma que se han dado de baja una importante cantidad de naves.
A lo anterior, agrega el alza que se ha visto en las materias primas, como el cobre y el hierro, que han impulsado las exportaciones, así como un mayor consumo en Europa y en el mercado asiático, en contraste con los bajos precios del petróleo. Con todo, Tejada reconoce un incremento de tráfico durante el primer semestre, pero apunta a que es una tendencia que debería ser más marcada en lo que resta de este año.
Consolidación
El mal momento por el que atravesó el negocio durante los últimos años, llevó a consolidar una industria que estaba bastante fragmentada, y desde 2008 a la fecha se cuentan al menos ocho fusiones, en las que han participado las principales empresas del sector llegando a una importante consolidación.
Entre las últimas operaciones está la de Hapag Lloyd -de la cual la Compañía Sudamericana de Vapores (CSAV) es su principal accionista- con la United Arab Shipping Company (UASC), que ya se está en su último proceso, optimizando los espacios disponibles en los buques de ambas firmas en un solo sistema informático.
Otra es la compra anunciada por parte de Maersk Line sobre Hamburg Süd, sujeta a las aprobaciones regulatorias pertinentes, y que la empresa espera que concluya a finales de 2017.
Representantes de ambas firmas participaron del foro "Oportunidades globales Chile–Panamá en la región post Canal ampliado", en el que explicaron que a pesar de la concentración que habrá en el mercado, no existen peligros respecto a la libre competencia.
"No vemos problemas de libre competencia porque no habrá nadie con posición dominante y los exportadores e importadores siguen con la opción de elegir con quien quieren trabajar. Este es el camino correcto para nuestra industria, porque estamos muy fragmentados como sector", sostiene Carmichael.
Desde Hapag-Llloyd, Andrés Kulka señala que en un futuro cercano serán entre 6 y 7 las empresas del sector, menos de la mitad que había antes de 2008.
"No importa la cantidad de empresas, sino de oferta y demanda, y lo que ha ido pasando es que la demanda sigue creciendo a tasas razonables, pero la oferta ha ido bajando. Con este número de competidores seguimos sacándonos los ojos, así que aún es un número sano de compañías", comenta.
Chile impulsa crecimiento regional
Para Carmichael, las esperanzas están en que incluso la industria local sea la que impulse a la región.
"En Maersk Line vemos con un futuro positivo a América Latina, y creemos que Chile será uno de los motores detrás de ese futuro positivo. Invirtiendo en aumentar la infraestructura doméstica, usando la Alianza del Pacífico y las oportunidades que puede traer la reciente ampliación del canal de Panamá", asegura.
No obstante, el ejecutivo apunta a los desafíos que mantiene el país en estas materias, los que tienen que ver por ejemplo, con que Chile ha ido perdiendo puestos en los índices que realiza el Banco Mundial respecto al desempeño logístico.
En ese sentido, comenta que "la infraestructura interna todavía necesita ser mejorada, porque eso ayuda a reducir los costos de cómo llegar a otros mercados de manera más competitiva".
Asimismo, Carmichael habla de la necesidad de la construcción del Puerto a Gran Escala, que según dice "son inversiones que preparan a los países para el futuro, porque puede ser que en seis meses no haya necesidad, pero esto los prepara para que sigan siendo competitivos cuando se retome el movimiento".
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