Por Catalina González S.
Cynthia Carroll fue la primera extranjera en convertirse en la directora ejecutiva de Anglo American en 2007, la primera mujer en los 94 años de historia de la cuarta mayor minera del mundo por valor de mercado, que opera en 45 países y emplea a más de 160.000 personas.
Pero, ¿cómo fue que esta madre de cuatro hijos logró estar a la cabeza de una de las mineras más importantes?
El camino a Anglo
Carroll lideró la lista de 50 mujeres ejecutivas de la revista Fortune en 2008 y mantiene el puesto 35 en la lista de las mujeres más poderosas del mundo de Forbes. Criada en New Jersey en EEUU, estudió geología en Skidmore College, para más tarde obtener un master en ciencia en la Universidad de Kansas, otro máster de administración de negocios en la Universidad de Harvard y, en medio,comenzar su carrera como geóloga en Amoco.
En 1989 se unió a la canadiense Alcan, escalando hasta convertirse en la CEO de su Primary Metal Group, posición que tenía hasta llegar a Anglo en 2007.
Ahí, a pesar de los despidos y reestructuraciones que debió realizar producto de la crisis financiera mundial en 2008-2009, ha logrado acallar las críticas de un comienzo a través de una estrategia financiera conservadora en conjunto con políticas progresivas enfocadas en la responsabilidad social.
Sello en la seguridad
Así, Carroll ha tenido como prioridades la seguridad y las relaciones con los gobiernos en donde operan sus producciones, sin olvidar la relación con las comunidades. “Necesitamos dos licencias para operar: una de los gobiernos que nos reciben y otra licencia social de las comunidades afectadas”, aseguró en una entrevista con el boletín de alumnos de Harvard.
Su mandato también se ha centrado en la seguridad. “Dos meses después de que me convertí en CEO, cerré una de nuestras plantas de platino en Sudáfrica luego de una serie de muertes. Habían 28.000 empleados en esa mina (…) Perdimos millones de dólares mientras la producción fue frenada, pero era lo correcto”. Tras la medida la compañía mejoró su desempeño en seguridad un 40%.
Además, ha puesto un fuerte acento en la responsabilidad social de la empresa, postulando que “una nueva mina tendrá una vida de 20-30 años. Pero nos preguntamos qué podemos hacer para asegurar la sostenibilidad de aquellas comunidades una vez que la mina es cerrada”. Este año se plantó ante la primer ministra de Australia, Julia Gillar respecto a un impuesto al carbón, que hubiese dañado su plan de invertir más de US$ 4.000 millones en proyectos.
La ejecutiva ha sido una convencida de que las adquisiones no son la única forma de conducir el crecimiento de la compañía; de hecho Anglo realizó su última gran compra en 2008, cuando adquirió activos en Brasil por
US$ 5.500 millones.
Así, Anglo American sigue creciendo, con más de 100 proyectos que le permitirán doblar su producción en la próxima década.
Y aunque se ha opuesto a la designación obligatoria de mujeres en los directorios, voluntariamente ha asignado 25% de los asientos del directorio de Anglo a mujeres.
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