La paradoja de la IA: avanzamos en tecnología, pero no en talento
Por María Soledad Matos, Gerente General de Kyndryl Chile.
La irrupción de la inteligencia artificial generativa marcó un punto de inflexión en el panorama empresarial global. Desde su incorporación masiva en 2023, las organizaciones han acelerado la adopción de esta tecnología para integrarla en sus procesos, infraestructura y modelos de negocio.
Sin embargo, un reciente estudio global de Kyndryl —el People Readiness Report— revela una contradicción preocupante: aunque el 95% de las empresas ya ha invertido en inteligencia artificial, la gran mayoría aún no está preparada para aprovecharla plenamente.
El estudio, basado en una encuesta a más de 1.000 altos ejecutivos de negocio y tecnología, pone cifras concretas a esta brecha:
- Solo un 35% afirma que la IA está completamente integrada en sus operaciones.
- Un 71% considera que su fuerza laboral no está lista para utilizarla con éxito.
- Un 51% indica que carece del talento técnico necesario.
- Un 45% de los CEO percibe resistencia o incluso hostilidad hacia la IA por parte de los empleados.
Estos datos revelan que la tecnología avanza más rápido que la capacidad de las personas para adoptarla y capitalizarla. La principal barrera para el éxito de la IA no es la infraestructura, sino la preparación humana.
La encuesta identifica dos áreas prioritarias para cerrar esta brecha. Por un lado, las habilidades técnicas: ciberseguridad, análisis de datos y automatización continúan siendo fundamentales. Por otro, las capacidades humanas, que se vuelven igual de críticas.
Un 67% de los encuestados identifica las habilidades blandas —como la resolución de problemas, la adaptabilidad y la colaboración— como las más relevantes para lograr un dominio efectivo de la IA. Además, un 64% considera que el conocimiento específico del sector, los marcos regulatorios y los casos de uso concretos son claves para implementar soluciones útiles y sostenibles.
En respuesta a estos desafíos, el 76% de los líderes afirma estar priorizando la recapacitación de su fuerza laboral por sobre la contratación de nuevos talentos. Sin embargo, esta intención no se traduce siempre en acción: menos de 4 de cada 10 organizaciones han implementado programas de reconversión, coaching o acceso a certificaciones especializadas.
El estudio también destaca un grupo de empresas pioneras (14%) que ha logrado integrar con éxito la IA, abordando simultáneamente tres barreras principales: la gestión del cambio organizacional, la desconfianza de los empleados y las brechas de habilidades. Estas organizaciones ya están reportando mejoras significativas en productividad, compromiso, crecimiento y resultados financieros.
La conclusión es clara: el éxito de la inteligencia artificial no depende únicamente de la tecnología, sino de las personas que la implementan, usan y adaptan a la realidad de cada organización. Los líderes que reconozcan esta doble dimensión —tecnológica y humana— estarán mejor posicionados para generar valor real y sostenible.
El desafío no es solo técnico. Es cultural, organizacional y profundamente humano. En esta nueva era, invertir en talento no es una opción, es una condición para avanzar.