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Columnistas

Mujeres en la alta dirección, estereotipos que caen

Por Flor Toledo, jefa Programa de Inglés Viña del Mar, Universidad Adolfo Ibáñez #SoyPromociona

Por: Equipo DF

Publicado: Viernes 25 de abril de 2025 a las 10:00 hrs.

Hace unos días, dicté un taller a un equipo de fútbol femenino de Inglaterra (estudiantes de aproximadamente 16 años) y les pregunté: ¿Quién de estas seis personas creen que es CEO de una empresa global? Incluí fotos de tres mujeres y tres hombres. Sin dudarlo, todas eligieron a dos hombres que parecían mayores de 50 años.

Esta respuesta me dejó atónita, ya que manifiesta un sesgo inconsciente profundamente arraigado en la sociedad tanto en Chile como en Inglaterra: quién está destinado a liderar es hombre. Por supuesto, la sorpresa llegó cuando descubrieron que los seis personajes eran CEO.

Que las generaciones jóvenes asocien la alta dirección con un perfil masculino evidencia un problema en los ecosistemas empresariales, sociales y culturales que reforzamos en los medios, la educación y los hogares. Si las niñas y jóvenes no logran verse reflejadas en los espacios de liderazgo, difícilmente podrán proyectarse en esos roles en el futuro.

Este fenómeno es especialmente preocupante en un mundo globalizado, donde los ciudadanos requieren líderes -hombres y mujeres- con competencias multiculturales y liderazgos sólidos para construir confianza, tomar decisiones estratégicas y enfrentar desafíos complejos.

En tiempos donde la tecnología avanza a pasos agigantados y la inteligencia artificial promete automatizar múltiples tareas, es fácil olvidar que el liderazgo no es solo técnico, sino también conexión humana. La capacidad de comunicarse de forma empática, escuchar activamente y generar confianza sigue siendo una de las habilidades más valiosas -y humanas- que existen.

Nuestro cerebro está diseñado para colaborar, para construir redes de confianza y sentido. Cuando esa conexión genuina se pierde, no solo se afecta la efectividad del liderazgo, sino también el bienestar de los equipos y las organizaciones.

Necesitamos construir una nueva narrativa donde la confianza y el talento tenga, también, rostro de mujer. Las nuevas generaciones, niños y niñas, deben crecer con figuras inspiradoras que revelen las bondades de la diversidad de liderazgo, porque hoy más que nunca, hombres y mujeres están igualmente preparados para afrontar los desafíos globales.

Podemos hacer más para visibilizar el trabajo de mujeres líderes como Mary Barra, Julie Sweet y Safra A. Catz, para que los jóvenes sepan que las mujeres también están en la alta dirección.

La diversidad de género y competencias multiculturales en los equipos promueve una sociedad más justa y rica. Es crucial enfrentar las creencias limitantes. ¿Estamos listos para cambiar el rostro de la alta dirección?

 

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