Laboral & Personas

Claudio Seebach: “La elite ha vivido una creciente desconexión de la realidad”

Presidente del gremio que reúne a las generadoras eléctricas afirma que la marcha del 25 de octubre le movió el piso a muchos del mundo empresarial y llama a no restarse si cobra forma el debate en torno a una nueva Constitución. “Tengo esperanzas, se ampliaron los espacios de las conversaciones posibles”, dice el también consejero de Sofofa.

Por: Carolina León | Publicado: Lunes 4 de noviembre de 2019 a las 04:00 hrs.
  • T+
  • T-

Compartir

Preocupado, pero optimista, está el presidente ejecutivo de Generadoras Chile, Claudio Seebach, frente al conflicto social que estalló hace poco más de dos semanas en Chile. Y si bien lamenta la suspensión de la COP25 y la APEC en el país, estima que se trató de una decisión responsable en función del contexto.

"Esto no implica bajar los brazos en materia de acción climática", dice el también consejero de la Sofofa al tiempo que enfatiza que "nos permite enfocarnos en enfrentar los desafíos internos".

- ¿Qué análisis hace de la situación por la cual atraviesa el país?

- Chile es el país con mayor ingreso per cápita de la región y, además, tiene una desigualdad de ingresos bajo el promedio de Latinoamérica. Pero producto de lo primero, se construyen expectativas sobre la necesidad de abordar problemas más estructurales, como la desigualdad.

Lo que hoy vemos es que la desigualdad se expresa en demasiados otros ámbitos de la vida cotidiana: en el trato, en el acceso al espacio público y en indicadores básicos de calidad de vida, como educación escolar de mejor calidad, transporte, pensiones, segregación urbana; se expresa en las condiciones básicas necesarias para vivir.

Estamos en un país donde la desigualdad para nuestro nivel de ingresos no es tolerable.

Se abrieron los espacios para que personas, sobre todo la élite, dialoguen. La élite ha vivido una creciente desconexión de la realidad de la gran mayoría de los chilenos. Esa desconexión se expresa en la desconexión territorial. La élite se ha replegado, abandonó el centro de Santiago y se ubica en las comunas de más altos ingresos y no convive cotidianamente con los desafíos que convive el 80% o 90% de los chilenos.

- ¿Pensó que esto podría estallar de esta manera?

- Vimos luces hace muchos años. Yo partí mi vida profesional trabajando en el Hogar de Cristo y luego en Techo para Chile, y obviamente ahí a uno le toca convivir con las personas más excluidas de la sociedad, ahí se pudo ver algo.

Otro análisis tiene que ver con la importancia de la capacidad del crecimiento para proveer bienestar en bienes públicos, porque nosotros hemos visto que nuestro crecimiento no ha sido capaz de satisfacer los bienes públicos que la sociedad chilena estaba demandando. Ese crecimiento no es cualquier crecimiento, tiene que ser uno mucho más en una lógica de desarrollo sostenible.

Este estallido tal vez las empresas de energía lo han vivido localmente, en los territorios, porque no es sostenible el desarrollo de un proyecto si no se es inclusivo con el entorno en el cual se desarrolla.

Entonces, algunos conflictos han hecho que la industria de la energía haya tenido que cambiar y pensar mucho más en cómo se es inclusivo con las comunidades, con los trabajadores de las compañías.

- ¿Qué viene ahora? se han convocado diálogos sociales, pero desde el mundo empresarial qué medidas han acordado tomar...

- Ahora ¿cómo salimos de esto? La única manera y es algo que ha dicho Ricardo Capponi, es que tenemos que invertir en capital social y cohesión mucho más que en capital individual. El modo de hacer empresas tiene que sufrir una transición hacia un verdadero cambio, la gobernanza de las empresas tiene que incorporar los criterios medioambientales y sociales medible y cuantificadamente. No puede ser que las empresas sigamos exclusivamente reportando contabilidad y los balances, sino que tenemos que tener una mirada muchísimo más amplia.

Debemos abrirnos mucho más a participar de espacios distintos a los propios, los líderes de las empresas tienen que estar mucho más dispuestos a un diálogo con el mundo social, ambiental.

Ahora, por ejemplo, si se inicia un proceso de diálogo para eventualmente terminar en una discusión sobre la Constitución Política, no hay que restarse. Si eso ocurre participemos, dialoguemos.

Hay que reflexionar qué implicaría una nueva Constitución, quizá no va a ser muy distinta a la que tenemos, pero va haber surgido a través de un proceso de diálogo amplio, del cual la empresa no puede restarse.

- ¿Qué le han parecido los mea culpas del sector empresarial ante el estallido social? Algunos han recalcado que no se hizo lo suficiente.

- Una persona que ha sido muy activa en impulsar una agenda de evolución empresarial ha sido el presidente de la Sofofa, Bernardo Larraín. Ha liderado la agenda de no restarse del debate público, de estar presentes, de reconocerse, de mirarse, de ver cuáles son las falencias. Eso refleja una parte, pero no es generalizable. Hay muchos que se refugian todavía en el silencio o, bien, en la perplejidad, pero lo que ocurrió el viernes le movió el piso a muchos del mundo empresarial. Tengo esperanzas, se ampliaron los espacios de las conversaciones posibles y he visto gente del mundo empresarial activamente dispuesta a participar de eso.

- ¿Qué le pareció que Sofofa convocara a una jornada de este tipo? ha trascendido que hubo diferencias en el debate...

- Para poder enfrentar los desafíos actuales es condición necesaria abrir más y mejores espacios de diálogo y participación, y canalizar así nuestras legítimas diferencias y dejarnos iluminar por visiones distintas. En ese contexto, la jornada interna de reflexión de Sofofa fue una instancia muy necesaria y valiosa.

¿Sin COP25, ahora qué?

- ¿Cómo esperan poder seguir impulsando la agenda relacionada al cambio climático?

- La ciencia nos dice que debemos avanzar como humanidad a alcanzar la carbononeutralidad al año 2050, porque eso es algo que no ha cambiado y no ha cambiado con la situación actual de Chile. Y, por lo tanto, no podemos bajar los brazos en esa mirada de largo plazo. Chile sigue siendo un país integrante de la COP, todos los países juntos van a tener que seguir liderando el esfuerzo y Chile tiene las condiciones y capacidades para -independientemente de ser sede- seguir impulsando estos temas.

- Algunos empresarios han planteado que entienden la decisión del gobierno, pero agregan que igual habrá un daño a la imagen del país ¿comparte esa afirmación?

- Al menos para el sector de energía, la imagen del país es de largo plazo, y esa imagen país tenemos que cuidarla, no tanto por la organización solo de la COP, sino que tenemos que seguir siendo un país atractivo para realizar inversiones, uno en el cual nosotros demos certeza jurídica, donde hay competencia en un mercado muy activo, porque esos son los factores que han estado impulsando la transición energética de Chile; eso tenemos que cuidar.

Lo más leído