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La hora del helado: grandes cadenas refuerzan estrategias ante mayor competencia

Por: Tomás Figueroa | Publicado: Viernes 1 de febrero de 2019 a las 04:00 hrs.
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La industria de las heladerías está congregando a los actores más importantes del negocio de los alimentos. La familia Bofill fue la última en arribar al sector -de la mano del Emporio la Rosa-, donde ya estaban los Martino y Diez, quienes fueron de los primeros en apostar por este rubro, con de Coppelia.

Las heladerías se han diversificado y sofisticado. Primero, expandiéndose a distintas zonas de Santiago y llegando a regiones, pero también sacando nuevos productos para competir por un consumidor cada vez más exigente. Y es que el tamaño de la industria es atractivo: Chile ocupa el primer lugar en Latinoamérica en términos de consumo de helados con 6,3 kilos anuales por persona aproximadamente.

Ante esto, hoy no es suficiente tener una amplia gama de sabores y formatos, sino que también hay que ir por grupos específicos, con productos reducidos en calorías o para personas con alergias alimenticias, entre otras.

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Emporio La Rosa:
con la mente en duplicar sus locales

Ya se cumplen dos años de que la familia Bofill -dueños de Carozzi- tomaron el control de Emporio La Rosa, una de las 25 mejores heladerías del mundo, que comenzó en 2001 como una especie de bodeguita donde se comercializaban otros tipos de productos, como mermeladas y dulces.
Pedro Fernández, gerente general de la cadena que hoy tiene 24 locales, entre propios y franquiciados, cuenta que uno de los focos es en crecer en regiones. Por eso, relata con cierto orgullo que hace unos días inauguraron un local en Cerro Alegre, Valparaíso. "Nos encanta estar en regiones", resalta, y agrega que en este afán, también abren una sucursal por la temporada estival en Santo Domingo.
Al año, se estima que esta empresa vende un promedio de tres millones y medio de bolitas de helados. En 2018, el crecimiento fue cerca de un 10%, dice.
¿Su helado más vendido? El de limón-menta-albahaca, a los que han ido sumando otras opciones menos tradicionales, como vino con frutillas, harina tostada y el chocolate araucano, que tiene gotas del licor de ese mismo nombre. Son estas variedades las que, según Fernández, les han permitido competir en esta atomizada, pero competitiva industria. Cada año la cadena renueva del orden de 10 sabores para darle rotación a la vitrina.
De la mano de la familia Bofill, Emporio La Rosa tiene en mente duplicar su número de locales en tres años, tanto en Santiago como en regiones, lo que implicaría abrir siete nuevos puntos por año, dice Fernández.

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Filippo:
de vender máquinas a fabricar helados

Filippo nació en 2006 como un paso natural en la trayectoria del empresario Dionisio de la Cerda y su familia. A través de la firma Imahe, comercializan distintas máquinas e insumos gastronómicos, hasta que decidieron establecer su primer local y centro de producción de helados en Plaza Ñuñoa.
Hoy tienen nueve locales en Santiago y han ido creando una red a través de diversas cafeterías de barrio en la capital y la región de Valparaíso. Katherine Ruiz, gerente Comercial de Filippo, comenta que el objetivo es establecer puntos de distribución fuera de la capital, para crecer en zonas como el sur del país.
La firma tiene su casa matriz en Renca, donde están utilizando cerca del 60% de su capacidad, por lo que hay espacio para crecer. "En temporada alta producimos del orden de 40 mil litros de helado al mes", asegura Ruiz, donde el fuerte son los sabores tradicionales.
La firma espera concretar una nueva apertura este primer semestre y está analizando una segunda para fin de año. En el largo plazo, la meta es abrir entre 14 y 15 locales, dada la capacidad de expansión natural que tiene su planta.

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Bravissimo
mira internacionalización

Bravissimo es la cadena de helados más grande del país y pronto podría llegar al extranjero. Lo están analizando, dice Guillermo Prieto, socio fundador de la firma que hoy tiene 47 locales en el país, la que creó junto a Julio César Inostroza bajo el concepto de bar lácteo, un espacio para la familia y especialmente para los adolescentes, para que tuvieran un lugar donde sus padres pudieran sentir tranquilidad.
Una de las características de esta cadena es que optaron por no crear un gran centro de producción de sus helados, sino que aprovechar la infraestructura en cada local. Anualmente, "vendemos el equivalente a la población de Chile", recalca Prieto.
La empresa ha estado dando pasos para subirse a las tendencias en el consumo. Acaba de firmar una alianza con Uber Eats, ya que no tenían delivery. También están modernizando ubicaciones, donde el objetivo es incluir espacios al estilo workshop en algunos locales.
Respecto de salir fuera de Chile, dice que han recibido invitaciones desde países como Perú, Colombia y Brasil, de gente con interés de asociarse.

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Coppelia
apuesta por nichos especiales

Creada por Jacques Bellenand en 1949, Coppelia -que hoy tiene 12 locales- pertenece a dos grandes empresarios, Gonzalo Martino (Copeval) y Jesús Diez (Turbus), y además de Fernando Fernández. Francisco Villar, gerente general de la cadena, explica que la venta de helados es su segunda línea de negocios, con 27% de los ingresos. Su apuesta ha sido mantenerse en sabores tradicionales, pero intentando ganar terreno en grupos específicos, por ejemplo con helados para personas que sufren alergias alimenticias. "Estas enfermedades, lamentablemente, siguen creciendo en la población chilena", dice Villar.
Agrega que están constantemente buscando "oportunidades de temas que podamos solucionar".
Ya tienen helados sin azúcar y también sin lactosa, y están desarrollando los sin gluten y para otras alergias alimenticias. Con esto, explica que podrían posicionarse como la marca más reconocida en helados para personas con estos problemas.

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Tavelli,
corriendo la frontera

Tavelli, la tradicional cafetería fundada por dos familias italianas en el país, D´Alessandri y Tavelli, está mirando cómo correr las fronteras de su crecimiento, ya que la mayoría de sus 18 locales -entre propios y franquiciados- están en Santiago y sólo dos en Viña del Mar. Desde 2003 la cadena pertenece a la familia Selman, donde una de las claves ha sido ir sumando formatos, por ejemplo, aprovechando las ubicaciones que dan grandes edificios de oficinas en la zona oriente de la capital, cuentan Jesús y Pablo Selman, gerente general y comercial de Tavelli (derecha e izquierda en la foto), respectivamente.
En helados, cuentan que en los últimos tres años han tenido un crecimiento de 20%, con ventas anuales de 400.000 litros.
"El cliente chileno es bien tradicional, de hecho, nuestros tres sabores que más salen son chocolate, vainilla y manjar, aunque vemos que la gente está más dispuesta a probar nuevas variedades", dicen.
Cuentan, además, que en sus planes de crecimiento tienen a la vista abrir cuatro o cinco ubicaciones en regiones en los próximos años, para lo cual están analizando un radio de 500 kilómetros desde Santiago, lo que equivaldría a llegar a La Serena y Concepción.

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