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“En cinco años tendremos una industria en torno a la energía solar”

Si bien las condiciones están dadas, aún quedan barreras por superar como el ajuste del precio de reinyección al sistema.

Por: Noticias | Publicado: Lunes 3 de octubre de 2016 a las 04:00 hrs.
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Desde 2006 que la Fundación Chile (FCh) tiene sus ojos puestos en las Energías Renovables No Convencionales (ERNC) y particularmente, en la solar, donde fueron pioneros en vender un proyecto a First Solar, la compañía de energía solar más grande del mundo en capitalización bursátil.

El tiempo le ha dado la razón; en la última licitación eléctrica por 12.430 GWh para el período 2021-2041, las ERNC tuvieron un rol importante, e incluso la española SolarPack ofreció un precio histórico de US$ 29 por MW. Además, la capacidad instalada solar ya alcanza los 1.395 MW, con una proyección de 18.464 MW si se cuentan los proyectos con la Resolución de Calificación Ambiental aprobada y en calificación.

Este escenario, y la integración tecnológica, lleva a afirmar al gerente general de FCh, Marcos Kulka, que se están dando todas las condiciones para construir una industria local en torno a la energía solar. “Es natural que pase, tenemos más radiación solar que países que tienen ciudades solares como Alemania y España”.

-¿Qué oportunidades abre este escenario para el desarrollo de un mercado local de energía solar?

-El Desierto de Atacama tiene singularidades que va a requerir que los desarrollos se realicen a nivel local, porque el espectro de la radiación es mucho mayor que en otros países, lo que hace que los paneles no sirvan acá, pues se deterioran en forma temprana. Se habla que Chile necesita paneles bifaciales, con dos lados, para que puedan capturar el sol de forma eficiente. Por ello, lo natural es que se genere una industria local.

-¿Y Chile tiene las capacidades y el conocimiento para lograrlo?

-Están llegando grandes actores que empiezan a generar estas capacidades. Bajo el Programa de Atracción de Centros de Excelencia de Corfo llegó Fraunhofer Solar, de Alemania, que trae conocimiento que luego quedará en Chile. Además, Corfo está armando un centro tecnológico solar que integra a las universidades, industria y a entidades como Fundación Chile. Organismos como SERC Chile (Solar Energy Research Center), que integra a seis universidades, está realizando investigaciones en el ámbito solar: almacenamiento, durabilidad de los paneles, integración de los paneles con tecnologías de información. Y así como existe una plataforma abierta de innovación para la minería, se está construyendo una para la energía, en la que estamos participando. Corfo ya licitó y debiera estar asignada en las próximas semanas.

También hay empresas que se están trasladando al sector solar, como es el caso de Cintac o Vidrios Lirquén, que son capaces de transferir lo que hoy producen hacia la energía solar, anticipándose a la demanda.

-¿En cuánto tiempo pasaríamos de la fase del conocimiento a la generación de productos?

-Va a ser muy rápido, en los próximos cinco años debiera estar desarrollado. Lo que promueve la evolución es el dinamismo y competencia solar. Un precio de

US$ 29 el MW es disruptivo, entonces, en la última licitación empresas que quedaron fuera, como Colbún y AES Gener, se preguntan por qué ocurrió. Y Colbún hoy adquiere plantas de Sun Edison y empieza a incorporarse en la energía solar, no es artificial.

En 2015-2016 por primera vez las ERNC superaron la inversión de combustibles como el gas y el petróleo y esto demuestra que se viene un cambio gigantesco. Por lo tanto, es imposible abstraerse, sería demasiado absurdo que Chile no lo haga y no lo logre. El primer paso ya está dado, logramos generar capacidad instalada y eso conlleva masa crítica que a va derivar en demanda y por lo mismo, en empresas que se van a integrar al mercado solar.

Desafíos

-¿Qué pasa con barreras, como la continuidad del servicio y el almacenamiento de energía?

-Las barreras se irán superando. Respecto de la intermitencia del servicio, el almacenamiento de energía a nivel mundial tiene una gran cantidad de recursos asociados en cómo mejorar las baterías, sobre todo por el impulso que le está dando la industria automotriz eléctrica. Y en cuanto a conectividad, que es otra barrera, la integración del SING (Sistema Interconectado del Norte Grande) con el SIC (Sistema Interconectado Central) ayudará en la distribución de energía.

Una de las barreras que existía en torno al tema solar, tenía que ver con los derechos de tierras, pero eso ya se superó. Hoy, lo que falta, es que el gobierno, a través del Ministerio de Bienes Nacionales, realice un ordenamiento y habilite terrenos para la instalación de plantas solares, de manera que se puedan conectar en un punto, como si fuera un condominio. De esta forma, la conexión se hace más eficiente. Hoy es el timing adecuado para hacerlo, por la demanda que se viene tras la licitación. Corfo está en esta línea, e incluso, hablan de los parques simbióticos, y ya lo están viendo.

-¿Y qué pasa a nivel domiciliario? el Net Metering o generación distribuida no ha prendido mucho…

-Hasta ahora la traba principal es el precio de reinyección al sistema. Tenemos Net Billing que paga una parte de lo que se cancela por la energía, lo que determina que el payback o retorno de la inversión inicial de la instalación de paneles solares sea a muy largo plazo, hasta 11 a 12 años. La ley debiera cambiar de forma que las personas puedan inyectar la energía solar sobrante al sistema al mismo precio que la compra, y esto baja el payback.

Pero soy optimista, pues llegará de todas formas con los medidores inteligentes -que ya existen- los que van a estar conectados al consumo en el hogar y que debieran posibilitar ser un prosumer, es decir, productores y consumidores. Esto se podría concretar pronto con una aplicación en smartphones.

-¿Es posible incrementar la adopción de tecnologías solares sin subsidios?

- En Chile, a esta altura no tiene mucho sentido un subsidio, por la baja de los costos de paneles que hoy alcanzan a un valor de 36 centavos de dólar por watt, siendo que en la década del 70 costaba US$ 77 por watt. Lo que sí tiene sentido, es que haya una estructura de precios económica que incentive su adopción, con la baja del precio de reinyección y el surgimiento de los créditos verdes. Ya hay un par de bancos en el país que están evaluando créditos para financiamiento de estas tecnologías a tasas preferenciales, integrándolos, por ejemplo, al crédito hipotecario y debieran anunciarlo próximamente. Esto permitiría bajar el retorno de la inversión. También hay espacio para que los modelos de negocios cambien, por ejemplo, generar alianzas entre los proveedores de los equipos y los bancos para incentivar el uso de estos créditos.

Proyecciones

-La meta del gobierno a 2050 es que el 70% de la matriz provenga de ERNC. ¿Cuál debiera ser el equilibrio óptimo considerando los avances?

-Bloomberg, por ejemplo, analizó el escenario para Chile y habla de una matriz con 84% proveniente de ERNC, incluida las mini hidro de menos de 20 MW. Si vemos la tendencia de tres factores: consumidor, cambio climático y desarrollo tecnológico, además de las ventajas y condiciones que tiene el país para generar energías limpias, podríamos llegar a un 80%, donde al menos, el 30% sea solar.

- En el mediano plazo ¿cuál cree usted será el impacto de las ERNC en el crecimiento económico?

-Estas impactarán en los costos de energía a la baja y en las industrias tradicionales esto podría significar una disminución de 20% a 30%, por lo tanto, la energía está en el corazón de la competitividad.

Desde el punto de vista de los ingresos del país, el encadenamiento de nuevas industrias asociadas a las ERNC, debería impactar en el PGB (Producto Geográfico Bruto) por una sofisticación de producto, el valor agregado por producto va a ser mucho mayor y esto impacta directamente en la generación de ingresos del país. No es lo mismo vender una tonelada de cobre, que un sistema que integra energía solar, con cobre para desalar agua.

Y desde la óptica de los consumidores, en el futuro van a privilegiar los productos que tengan una menor huella de carbono, y los proyectos que sean más amigables con el medio ambiente.

Esto tendrá un fuerte impacto en la economía, en la productividad y competitividad, mucho más allá del aspecto ecológico. 

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