Las fuerzas que lideran la negociación colectiva de Chuqui y los factores que definirán el futuro de la huelga

Once días llevan en huelga los trabajadores de la División Chuquicamata de Codelco y, aunque el gobierno se mantiene haciendo gestiones para poner término a la paralización, sería un hecho que la posibilidad de mejorar la última propuesta de la cuprífera se ve cuesta arriba y que los trabajadores agotarán todos sus recursos para no dar su brazo a torcer.

Las partes están preparadas y cuentan con un selecto grupo de profesionales que ha estado durante todo el proceso de negociación colectiva. Los Sindicatos 1, 2 y 3 de Chuquicamata tienen la asesoría de abogados como José Tomás Peralta, Carolina Latorre y Salvador Barrientos. Éstos son algunos rostros de la vereda legal de las organizaciones, pero no son los únicos, ya que los dirigentes se caracterizan por tener fuertes lazos con el denominado Comando de Trabajadores Unidos (CTU), una entidad que interviene en los sindicatos desde el mundo político. De esta última organización provienen dirigentes como Liliana Ugarte (del Sindicato 2) y Héctor Milla (del Sindicato 3).

Mientras, la estatal es representada en la mesa negociadora por el gerente de administración, Pablo Geisse; el gerente de Recursos Humanos, Luis Galdames; el gerente de Operaciones, Ricardo Weishaupt; el gerente de Mina, Aldo Jofré; el gerente de mantenimiento, servicios y suministros, René Galleguillos; y el consejero jurídico Pablo Valdés. En concreto, Geisse, Galdames y Jofré serían los encargados de reportarle directamente a Mauricio Barraza, el gerente general de la División, quien –aunque no está presente en los encuentros con los trabajadores- se mantiene atento al curso de las negociaciones.

En el último tiempo, dicen algunas fuentes, ha tomado mayor protagonismo la figura de Álvaro Aliaga, el vicepresidente de Operaciones Norte de Codelco, quien ha llegado a reforzar más el proceso. La estructura total está bajo la vigilancia del vicepresidente de Recursos Humanos de la estatal, Marcelo Álvarez.

En la tarde de hoy, los trabajadores protagonizaron una nueva jornada de votación, esta vez de la propuesta presentada el martes pasado que consideraba los mismos beneficios de $ 14,1 millones que la votada el sábado pero con montos menores en algunas materias. Considerando la desaprobación que recibió la última oferta de la estatal y el llamado de los dirigentes sindicales para no asistir a votar, finalmente sólo llegaron 10 trabajadores a mostrar su preferencia, lo que en la práctica reafirmó la distancia de llegar a un acuerdo.

Los próximos días no debieran tener mayores novedades, ya que recién el viernes la estatal podría presentar una nueva oferta, lo que activaría un nuevo plazo para que sea discutida y votada por los trabajadores. Este escenario incluso obligó a suspender la inauguración del proyecto Chuquicamata Subterránea que estaba programada para el próximo 3 de julio. Y, aunque de todas formas se contempla realizar el corte de cinta, Codelco decidió esperar el fin del conflicto laboral en Chuquicamata para reprogramar la ceremonia que contará con la participación del Presiente Sebastián Piñera.

Así, por estos días, sólo se acentuarían las consecuencias de la paralización en los ingresos de la empresa. De hecho, según sus cálculos, el impacto diario de cada día de paralización alcanza los US$ 2,5 millones. A esto se suma al temor que en los próximos días se radicalice el movimiento y se concreten actos violentos que pongan en peligro la integridad de las personas y la infraestructura.

Sin embargo, otros comentan que los fondos de los sindicatos para hacer frente a la huelga no permitirían resistir por mucho tiempo, por lo que sería inevitable una solución al conflicto prontamente. Esto, porque la huelga estaría siendo financiada principalmente por los trabajadores. Otro elemento que despertó las dudas fue la marcada división que se mostró en la votación de los sindicatos 1 y 3. En ambas organizaciones la diferencia entre quienes aprobaban y rechazaban fue estrecha, por lo que se asume que serán los primeros candidatos de un futuro descuelgue.