Gasto de los consumidores se desacelera en EEUU pero inflación sigue firme

Eran las noticias más esperadas en el calendario de datos económicos de esta semana. El Departamento de Comercio de Estados Unidos entregó esta mañana una serie de indicadores que serán clave para seguir la marcha de la mayor economía del planeta.

Y las señales en este sentido fueron mixtas, porque, aunque el gasto de los consumidores aumentó en mayo menos de lo que se esperaba, la inflación volvió a superar la meta de la Reserva Federal.

El gasto personal se incrementó 0,2% en comparación con abril, por debajo de las expectativas de los economistas consultados por Bloobmerg, que preveían un avance de 0,4%. La cifra del mes anterior, además, fue revisada a la baja a 0,5%.

Sin embargo, el Gasto de Consumo Personal Central, el indicador preferido por la Reserva Federal para evaluar las tendencias inflacionarias, avanzó 2,0% anual, por sobre el 1,8% registrado en abril, y el 1,9% que esperaban los expertos.

Los indicadores plantean un panorama desafiante para la Fed, que este mes anunció que aplicará dos alzas más a la tasa de interés antes de fin de año, sumadas a las dos que ya implementó en el primer semestre.

Aunque el avance de la inflación es una buen anoticia para los planes de normalización de la política monetaria de la Fed, la decepción en el gasto de los consumidores (que representa cerca de dos tercios de la mayor economía del planeta) podría verse como un llamado a mantener la cautela.

"Hay un impulso más débil del que habíamos anticipado", dijo el econmista jefe para EEUU de Barclays, Michael Gapen. Agregó que "aún así, la tendencia general sigue siendo consistente con una aceleración" de la economía, señaló.

El personal gasto real, ajustado por inflación, mostró una variación nula en mayo en comparación con abril, cuando había avanzado 0,3%. 

Un análisis de Bloomberg apunta a que, aunque la rebaja de impuestos impulsada por el gobierno de Donald Trump ha dado impulso al gasto de los estadounidenses y mejorado la confianza empresarial, las amenazas de una guerra arancelaria con gran parte del mundo es vista como un riesgo para el bienestar corporativo y de los hogares.