Economía

La Fed se muestra dividida sobre el rumbo de las tasas en EEUU ante el retorno de la inflación

Autoridades del banco central han dado señales contradictorias, en momentos en que las monedas emergentes sufren por el fortalecimiento del dólar. La próxima alza en los tipos de interés está casi asegurada para junio.

Por: Ignacio Gallegos F. | Publicado: Viernes 11 de mayo de 2018 a las 04:00 hrs.
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Las aguas están divididas. Ayer, tras conocerse las cifras de inflación en Estados Unidos que no trajeron sorpresas, los analistas intentaban descifrar cuál será el siguiente paso para la Reserva Federal, en medio de un ciclo de normalización de la política monetaria que podría acelerarse.

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El Departamento del Trabajo reportó que los precios al consumidor aumentaron 2,5% en abril en relación al mismo mes del año anterior, tal y como esperaba el mercado. En comparación con marzo, el avance fue de 0,2%, por debajo de las expectativas de analistas consultados por Bloomberg, que apuntaban a 0,3%.

En tanto, la inflación subyacente, que excluye los precios de los alimentos y la energía, tuvo un avance de 2,1% respecto a abril de 2017 y de 0,1% respecto de marzo de 2018, ambos una décima por debajo de lo proyectado.

Las cifras fueron una nueva señal de la recuperación que vive la primera economía mundial. Ante los recientes síntomas de desaceleración en Europa y Japón, el mercado teme que la Fed suba la tasa más rápidamente de lo esperado y dificulte demasiado el acceso a la liquidez. Ese espectro ha remecido los mercados durante las últimas semanas y encarecido al dólar, golpeando a las monedas emergentes. Hasta ahora, los planes del banco central de EEUU apuntan a tres alzas este año, de las cuales ya aplicó una, en marzo.

“Los datos quitan algo de presión a la Fed para que acelere el ritmo de los ajustes”, dijo a Bloomberg el economista senior de BMO Capital Markets, Sal Guatieri. “Estábamos viendo una aceleración de la inflación en algunos indicadores y puede que la Fed se haya puesto nerviosa, porque si eso seguía, hubieran tenido que normalizar más rápido”.

En contraparte, el economista senior para EEUU de Capital Economics, Michael Pearce, escribió en un reporte que “el panorama general sigue siendo que la inflación subyacente se ha acelerado más rápido de lo que las autoridades adelantaban hace pocos meses (...) esto debería convencerlos de aplicar cuatro alzas este año”.

Señales de Washington

Con el mercado aún indeciso sobre el número de alzas que aplicará el banco central estadounidense este año, las miradas apuntan a las declaraciones recientes de autoridades de la entidad. Pero sus opiniones también están divididas.

El miércoles, el presidente de la Fed de Atlanta, Raphael Bostic, señaló que no le molestaría que la inflación se mantuviera levemente por sobre la meta. “No es un problema que, por sí solo, haga necesaria una respuesta de política más agresiva”, dijo.

También alertó sobre las posibles consecuencias de un conflicto comercial entre EEUU y China, en momentos en que ambos negocian para evitar la aplicación de aranceles cruzados. “El optimismo por la reforma tributaria a inicios de año ahora ha sido reemplazado casi completamente por la incertidumbre en torno a los aranceles propuestos y la posibilidad de una guerra comercial”, sentenció.

Un día antes, el presidente de la Fed, Jerome Powell, había sonado un poco más duro sobre la política monetaria de EEUU, al sostener que “los mercados no deberían sorprenderse por nuestras acciones si la economía evoluciona en línea con nuestras expectativas”.

Otros miembros han sido más suaves. El lunes, el presidente de la Fed de Dallas, Robert Kaplan, dijo que la curva de las tasas de interés “debería ser más plana de lo que estamos acostumbrados (…) tenemos que sacar estímulos, pero de manera gradual”.

Por su parte, ese mismo día, el líder de la Fed de Richmond, Thomas Barkin, manifestó que “es difícil defender que los estímulos son apropiados cuando el desempleo es bajo y la inflación está, en la práctica, dentro de la meta”.

Qué dicen los datos

Junto al reporte de inflación, Washington dio a conocer ayer las cifras semanales de solicitudes de beneficios por desempleo que, en una nueva señal de robustez de la primera economía mundial, fueron menores a lo esperado: las peticiones sumaron 211 mil, mientras las expectativas de economistas apuntaban a 219 mil. Se trata del registro más bajo en 48 años.

Pero mientras el desempleo se mantiene bajo, con 3,9% en abril su mínimo desde diciembre de 2000, las dudas están en el lento avance de los salarios. Un análisis de Oxford Economics apuntó ayer que los aumentos recientes “no representan un crecimiento en las presiones inflacionarias (...) ni requerirá que los bancos centrales (de las economías desarrolladas) cambien su posición actual de cautela”.

Hasta ahora, lo único prácticamente asegurado es que la segunda alza de tasas del año ocurrirá el 13 de junio, cuando finalice la próxima reunión de la Fed. Analistas consultados por Bloomberg veían un 72% de probabilidades de un aumento de 25 puntos base en la tasa, con lo que subiría al rango de entre 1,75% y 2%. El restante 28% apunta a un movimiento de 50 puntos base.

El resto del año sigue en duda. Las apuestas más fuertes apuntan a un nuevo movimiento en septiembre. Pero todo dependerá de los datos.

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