Con más de 190 mil contagios y 13 mil muertes, Brasil lucha por no colapsar ante el coronavirus

Cuando este martes América superó a Europa y se convirtió en el continente con más casos de coronavirus, inmediatamente las miradas se trasladaron. Si bien Estados Unidos se convirtió hace semanas en el epicentro del brote, acumulando casi un tercio de los contagios a nivel mundial con más de 1,4 millones de confirmados, esta semana Brasil también entró en el radar.

Y aunque los dichos del presidente Jair Bolsonaro, minimizando los efectos sanitarios del virus o llamando permanentemente a retomar las actividades económicas han recorrido el mundo, esta vez lo que llama la atención son los aumentos en las cifras de contagios y fallecidos del país.

Según el recuento de la Universidad de Johns Hopkins, Brasil ya se encuentra en el sexto lugar tanto de mayores contagios como fallecidos en todo el mundo, con 192.081 casos -superando a Francia y Alemania, entre otros- y 13.551 víctimas fatales.

Siendo el país más impactado de América Latina, ayer el país batió el récord de infecciones diarias, cuando el Ministerio de Salud informó de 11.385 nuevos casos en las últimas 24 horas. Tomando en cuenta también la cifra de hoy, el país liderado por Bolsonaro ha superado cinco veces en un mes la barrera de los 10 mil nuevos infectados.

Esta misma semana -el martes- la misma cartera anunció que 881 personas fallecieron con Covid-19, el mayor número diario de muertos contagiados con el brote hasta el momento.

La situación sanitaria ha agudizado las tensiones entre Bolsonaro y los alcaldes y gobernadores, quienes están viviendo las consecuencias de la pandemia en primera persona y por lo mismo han tomado medidas locales como decretar el cierre de empresas o cuarentenas particulares, a las que el mandatario se ha enfrentado al decir que están causando más daños por la pérdida de empleos que la misma enfermedad. Incluso, el lunes Bolsonaro decretó los salones de belleza, gimnasios y peluquerías como "servicios esenciales".

Sin embargo, el gobernador de Sao Paulo, Joao Doria, respondió que el estado más poblado de Brasil y que tiene gran parte de los casos no cumplirá con el decreto de Bolsonaro, medida que tampoco respetarán al menos otras 10 autoridades estatales.

Liderazgo político

La destitución del ministro de Salud y del director general de la Policía Federal, sumado a la renuncia del exministro de Justicia, Sergio Moro, son algunos de los hechos que han agudizado las tensiones políticas en Brasil.

De hecho, los dichos de Moro durante su renuncia desataron que la Corte Suprema del país iniciara una investigación sobre una supuesta intervención de Bolsonaro sobre la Policía Federal.

Si la Corte Suprema y dos tercios de la Cámara Baja del Congreso deciden que hay mérito para presentar cargos de obstrucción de la justicia y abuso de poder, Bolsonaro sería suspendido de su cargo y juzgado ante el tribunal superior.

Esto, sumado al manejo de la pandemia, le han pasado la cuenta al mandatario. Una encuesta realizada por el Instituto MDA de Brasil entre el 7 y el 10 de mayo reveló que si bien la aprobación del mandatario ha bajado, mantiene su núcleo duro. La desaprobación del presidente subió desde 47% hasta 55,4%, superando la mitad de la población quienes rechazan su figura. Su aprobación, en tanto, cayó desde 47,8% hasta 39,2%.

En cuanto a la gestión del gobierno, un 43,4% considera que es "mala o pésima", frente al 31% que tenía esa percepción en la medición anterior, en enero. Y por el, contrario, quienes consideran que su labor es "buena o excelente" disminuyó hasta 32% desde el 34,5% del ejercicio previo.

Las cifras coinciden relativamente con la opinión de los brasileños sobre las medidas de confinamiento, ya que un 29,3% considera que solo las personas que presenten algún tipo de riesgo deben llevar a cabo una cuarentena, y el 2,6% piensa que no es necesario implementar confinamiento de ningún tipo. Sin embargo, el 67,5% defiende una cuarentena general, medida que Bolsonaro ha desechado en reiteradas ocasiones.

Impactos económicos

Si bien en su última proyección sobre la economía nacional el gobierno estimó que el Producto Interno Bruto (PIB) del país sería igual a cero este año, esta semana el Ministerio de Economía sinceró que prevé que la economía brasileña se contraerá un 4,7% en 2020, la mayor caída anual desde que comenzaron los registros hace más de un siglo. El dato presenta una profunda caída frente al crecimiento de 1,1% que registró la economía del país más grande del continente.

El pronóstico es más positivo que la caída de 5,3% proyectada por el Fondo Monetario Internacional (FMI) para el país más grande de la región, y también que la contracción del PIB de 5,2% estimada por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

Las autoridades económicas también redujeron su panorama para la inflación de este año, a 1,8% desde 3,1%, nivel significativamente inferior a la meta del Banco Central para 2020, de 4%.