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Banqueros centrales replantean todo en Jackson Hole

Los responsables mundiales de aplicar las políticas debatieron durante el fin de semana el cambio de régimen en unas condiciones económicas de mucha incertidumbre.

Por: Financial Times | Publicado: Lunes 26 de agosto de 2019 a las 11:05 hrs.
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Los banqueros centrales del mundo reunidos en Jackson Hole sintieron que las cosas nunca volverían a ser lo mismo.

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El mundo desarrollado había experimentado un "cambio de régimen" en las condiciones económicas, le dijo James Bullard, presidente de la Reserva Federal de San Luis, al Financial Times. "Algo está pasando, y creo que eso está provocando un replanteamiento total de la banca central y de todas nuestras entrañables nociones sobre lo que creemos que estamos haciendo", dijo. "Tenemos que dejar de pensar que el próximo año las cosas van a ser normales".

Las tasas de interés no volverán a subir a corto plazo; el papel del dólar está bajo escrutinio como un valor refugio y como un medio de cambio; y la incertidumbre comercial se ha convertido en una característica permanente de la formulación de políticas.

Los formuladores de políticas reconocieron que habían llegado a un momento decisivo en la forma en que veían el sistema global. No pueden depender de las herramientas que utilizaban antes de la crisis financiera para definir el entorno económico, y a EEUU ya no se le puede considerar un actor predecible ni en materia de política económica ni comercial, a pesar de que no existe un reemplazo inminente para el dólar estadounidense.

La reunión en Wyoming se produjo en momentos en que el presidente estadounidense, Donald Trump, prometió aumentar los aranceles sobre las importaciones chinas con valor de US$ 250 mil millones. Su amenaza fue la culminación de un día tumultuoso en los mercados financieros mundiales que comenzó cuando Beijing anunció nuevos aranceles sobre importaciones estadounidenses por US$ 75 mil millones y durante el cual Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal, advirtió que el trabajo del banco central no incluía dirigir la política comercial.

La resultante liquidación del mercado sugirió que los inversionistas se estaban dando cuenta de la realidad de que no habría un acuerdo entre las dos economías más grandes del mundo y que no se vislumbraría un final claro para el conflicto comercial, sólo una incertidumbre continua.

"Los inversionistas han cuantificado que habrá incertidumbre, habrá mensajes de Twitter, habrá amenazas y respuestas a esas amenazas", dijo Bullard. "Y así será".

No hay marcha atrás

Dijo que estaba quedando claro que había habido dos cambios a largo plazo en el entorno económico subyacente. El primero es que los bancos centrales no podrán volver a las políticas de las que dependían antes de la crisis financiera mundial. Las tasas de interés no subirán nuevamente al 5%  y los balances del banco central no volverán a cero pronto.

Este problema es peor para Europa y Japón que para EEUU, pero dada la interconexión de la economía global, es relevante en todo el mundo.

El segundo cambio que Bullard destacó es que las empresas, la Reserva Federal y los bancos centrales mundiales deben entender que EEUU no está realizando negociaciones comerciales. Está en un período de prolongada incertidumbre comercial, con consecuencias a largo plazo para la inversión empresarial.

Tanto Bullard como Robert Kaplan, presidente de la Reserva Federal de Dallas, señalaron la política comercial de Trump hacia México —en lugar de China— como el factor crucial detrás de esta incertidumbre. En mayo, Trump amenazó con aranceles a su vecino del sur, un país con el que ya había negociado un nuevo acuerdo comercial que modificaba el Nafta. 

En cuanto a las compañías en el distrito de la Reserva Federal de Dallas, con cadenas de suministro transfronterizas, Kaplan dijo: "Tenemos que entender que podríamos despertarnos cualquier día de la semana y tener una sorpresa comercial incluso con países con los que ya tenemos acuerdos. Y eso incluye no sólo a China".

Según Kaplan, por primera vez en años, los banqueros centrales enfrentan un problema que la política monetaria no provocó y no puede solucionar. "El rumbo de la economía tiene que ver más con la política comercial", dijo.

Y hay otro aspecto de la función de EEUU en el sistema económico global que les preocupó a quienes asistieron a Jackson Hole: el estado del dólar en el sistema monetario internacional.

EEUU representa sólo el 10% del comercio mundial y el 15% del Producto Interno Bruto mundial, pero el dólar se utiliza para fijar el precio de la mitad de las facturas comerciales y dos tercios de la emisión global de valores, dijo Mark Carney, gobernador del Banco de Inglaterra. Alegó que esto creaba distorsiones en el sistema monetario global que debilitaban la efectividad de la formulación de políticas.

Conocer al actor

Maurice Obstfeld, execonomista jefe del FMI quien ahora trabaja en la Universidad de California, Berkeley, dijo que cuando otros países podían predecir el comportamiento de EEUU, estaban más dispuestos a cederle a Washington el control del sistema monetario mundial. Pero ese enfoque está cada vez bajo un mayor escrutinio. "Había menos preocupación cuando a EEUU se le consideraba un líder responsable de la economía mundial", dijo.

Sebnem Kalemli-Ozcan, de la Universidad de Maryland, dijo que la política monetaria estadounidense provocaba que las inversiones entraran o salieran de las economías en desarrollo de formas que ni sus propios bancos centrales podían controlar.

Carney hizo la sugerencia radical de que una moneda digital privada o controlada por el gobierno podría servir como contrapeso global al dólar. Pero él y otros reconocieron que no había un mecanismo realista para desvincular la economía global del dólar estadounidense a corto plazo.

Al fin de la reunión anual de Jackson Hole, los banqueros centrales sintieron que tenían pocas herramientas para contrarrestar una perspectiva comercial cada vez más sombría que ellos no pueden controlar.

"La mejor política sería deshacerse de esta incertidumbre política", dijo el Sr. Bullard. "Entonces no existiría este problema".

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