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No actuar para contener el cambio climático es vergonzoso

Debemos mover al mundo hacia un camino de crecimiento e inversión diferente de inmediato.

Por: Martin Wolf | Publicado: Miércoles 24 de octubre de 2018 a las 04:00 hrs.
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Quedan cinco minutos para la medianoche en el cambio climático. Tendremos que alterar nuestra trayectoria muy rápido si queremos tener una buena posibilidad de limitar que el promedio de temperatura global a menos de 1,5° C por encima de los niveles preindustriales. Esa era una meta del Acuerdo de París de 2015. Alcanzarlo significa reducciones drásticas en las emisiones a partir de ahora. Es poco probable que esto pase. Eso ya no es porque sea técnicamente imposible. Es porque es políticamente doloroso. En cambio, estamos colocando una apuesta irreversible en nuestra habilidad de manejar las consecuencias de un alza aún mayor de 2° C. Nuestra progenie verá esto como un crimen.

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El último informe del Panel Intergubernamental en Cambio Climático es sobre las implicancias de un calentamiento de sólo 1,5° C y también sobre los medios con los cuales se podría alcanzar esto. Se lee como una reductio ad absurdum, una demostración de la imposibilidad de su premisa. Pero deja en claro también los riesgos que enfrenta el mundo si se ignora este límite: la vida sobrevivirá, pero no la vida como la conocemos.

Crecimiento récord

Subyaciendo en este informe está la idea del Antropoceno, una era en la cual la actividad humana se ha vuelto una influencia dominante en el planeta. El informe destaca que el aumento en las concentraciones globales de dióxido de carbono es 20 partes por millón por década. Esto es hasta diez veces más rápido que cualquier incremento sustancial en CO2 en los últimos 800 mil años. La época previa con concentraciones de CO2 similares a la de hoy fue el Plioceno, hace entre 3 millones y 3,3 millones de años. Somos los que moldeamos el planeta hoy. Esto debería transformar la forma en que pensamos. Desafortunadamente, no lo ha hecho. El punto de partida de cualquier análisis deben ser los abrumadores argumentos teóricos y empíricos del cambio climático creado por el hombre. Hace no mucho tiempo, la gente hablaba de una “pausa” en el calentamiento global. Pero eso era producto de una comparación entre un año de El Niño (el calentamiento del Pacífico ecuatorial este) en 1997-1998, con los años normales (aunque calurosos) que siguieron. Pero El Niño de 2014-2016 superó ampliamente el récord previo. El alza de las temperaturas promedio por encima del promedio precrisis ya es de cerca de 1° C. Eso muestra cuán difícil será mantener el aumento final por debajo de 1,5° C, o incluso 2° C. Con las “contribuciones determinadas nacionalmente”, estamos de hecho en un camino hacia un calentamiento de 3° C a 4° C a 2100. Donald Trump ya ha repudiado el compromiso de Estados Unidos. Otros países también podrían caer.

Entonces ¿qué debe cambiar para que tengamos una alta posibilidad de mantener el alza final de la temperatura en menos de 1,5° C? Las emisiones netas globales de CO2 deberían bajar a cero no poco después de 2040, y otras fuentes de cambio climático -las emisiones de metano y óxido nitroso, por ejemplo- también deberían caer desde 2030. Una caída en las emisiones netas de CO2 a cero en 2055 hace que sea probable que el alza de la temperatura sea menor a 2° C. Una diferencia de medio grado es sorprendentemente importante. El panel argumenta que “se proyecta que limitar el calentamiento global a 1,5° C reduce los riesgos a la biodiversidad marina, pesca y ecosistemas”. Esto importa.

El informe discute una serie de diferentes caminos a la enorme caída en las emisiones que la meta de 1,5° C requiere. Las emisiones de la industria deberían bajar entre 75% y 90% a 2050, en comparación con 2010. Esto demandaría una combinación de electrificación, hidrógeno, materia prima en base a biomasa sustentable y sustitución de productos.

Esfuerzo planetario

Estas opciones están técnicamente probadas, pero su despliegue en una escala planetaria es otro asunto. Las reducciones de emisiones mejorando la eficiencia, aunque vital, sería inadecuado. También serían necesarios grandes cambios en la infraestructura y planificación urbana. La agricultura deberá cambiar hacia la cosecha de energía en una gran escala. También será necesaria una captura y almacenamiento de carbono a gran escala. En resumen, debemos mover al mundo hacia un camino de crecimiento e inversión diferente ahora mismo. Esto es más técnicamente posible de lo que pensábamos. Pero es altamente desafiante a nivel político. Sobre todo, el cambio climático involucra enormes temas distributivos, entre los países ricos y los pobres, entre los países que causaron el problema y aquellos que no, entre los países que importan para la solución y aquellos que no, y entre las personas de hoy, que toman las decisiones, y las personas de mañana, que sufrirán los resultados. Las tendencias naturales son o no hacer nada, mientras se insiste que no hay un problema, o aceptar que sí hay un problema, mientras se pretende que se actúa. No está claro qué tipo de ofuscación es peor.

Una línea de argumentación en contra de la acción es que no sabemos cuán costoso probará ser el cambio climático. Pero este argumento evidentemente se puede usar en ambos sentidos. La escala de la incertidumbre es un argumento para la acción, no la inacción. Nadie sabe en realidad qué riesgos enfrentará la humanidad si sigue su curso actual. Pero sí sabemos que es probable que nuestros descendientes terminen en un planeta diferente, sin posibilidades de volver al nuestro. La apuesta de que nuestros descendientes salgan adelante podría ser correcta. Pero también podría ser desastrosamente errado. La opción sensata debe ser preservar el planeta que tenemos.

Sin embargo, hacer eso, como queda claro hasta ahora, requiere esfuerzos cooperativos a una escala planetaria. No se alcanzará dándole vueltas al asunto. Este es un desafío a una escala que los seres humanos han enfrentado históricamente sólo en tiempos de guerra, y sólo en contra de otros. Las posibilidades de una acción de cooperación parece cercana a cero en el mundo nacionalista de hoy. Uno debe siempre considerar la respuesta de este reporte para darse cuenta de esto. Pero no nos engañemos: estamos arriesgando un mundo de un caos climático desatado e inmanejable. Podríamos tener algo mucho mejor que eso.

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