César Pérez Novoa

La decisión de la OPEP: solo una parte de la solución

César Pérez-Novoa Analista de Materias Primas de BTG Pactual

Por: César Pérez Novoa | Publicado: Martes 18 de octubre de 2016 a las 04:00 hrs.
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El plan de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) para el recorte de producción acordado por sus miembros a fines de septiembre muestra el deseo de mantener los precios del hidrocarburo. Es necesario recordar que más allá de las presiones a la baja en el valor de este commodity, que han causado el exceso de oferta y menor demanda a nivel mundial, el impacto en las economías de los integrantes de este grupo (Angola, Arabia Saudita, Argelia, Ecuador, Gabón, Indonesia, Irán, Irak, Kuwait, Libia, Nigeria, Qatar, Emiratos Árabes y Venezuela) fue el factor gravitante para adoptar dicha decisión.

Primero que todo, respecto a la producción, es necesario no aumentarla en el futuro, considerando que el precio ha caído casi a la mitad, llegando a US$ 50 por barril, disminución que también es necesaria para los países ajenos a la OPEP que cuentan con reservas de este combustible. Una medida que presionaría al alza su valor hasta los US$ 80 hacia el año 2020. Los proyectos de suministro petrolero, al mismo tiempo, necesitan un precio de entre US$ 60 y US$ 65 por barril como equilibrio promedio. Además de algunos países de dicha organización, Rusia también tiene nuevos proyectos próximos a iniciar su operación comercial y ha hecho un esfuerzo para aumentar el flujo de este hidrocarburo, como una forma de contrarrestar el impacto que le han generado los valores más bajos.

En cuanto a la demanda, Arabia Saudita es muy consciente de la necesidad de estimularla a largo plazo, especialmente frente a los crecientes niveles de competencia que las economías dependientes de la venta del commodity enfrentan por la irrupción de las tecnologías de producción energética no convencional, el crecimiento de las ERNC y las políticas de cambio climático a la cual se han comprometido decenas de países tras la firma del COP21.

De esta manera, la demanda máxima vendrá con el tiempo y puede ser impulsada con mayor facilidad con los precios más bajos. Pero ese futuro está un poco lejos. Si bien el crecimiento de la demanda capta la atención de Arabia Saudita, no ha sido la principal preocupación de este país ni del resto de la OPEP, a diferencia de la falta de elasticidad frente a la reducción del precio del petróleo a la mitad. El bloque podría haber llegado a la conclusión de que la búsqueda de la respuesta a esa pregunta puede esperar; y la demanda no será muy diferente si el precio del petróleo es de US$ 50 o US$ 60 por barril.

Por último, otro factor a considerar son las distintas reacciones que han mostrado las economías de algunos miembros de la OPEP producto de esta fuerte caída en el valor del commodity. Por ejemplo, mientras en Venezuela el efecto precio se ve agravado por el bajo rendimiento continuo en la producción, los países de la zona del Golfo han estado suministrando petróleo a toda velocidad con el propósito de aumentar los ingresos de sus respectivos gobiernos.

Entonces, al igual que las economías dependientes de la minería, los integrantes de la OPEP no tienen más alternativas que adaptarse al nuevo escenario mundial relativo a la demanda por commodities. Mientras tanto, unos pocos dólares más en el precio del petróleo aliviarán el dolor económico.

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