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Empresarios: del diagnóstico a la acción

Gonzalo Said Presidente Fundación Generación Empresarial

Por: Gonzalo Said | Publicado: Viernes 27 de agosto de 2021 a las 04:00 hrs.
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Gonzalo Said

Hace algunos meses, en Fundación Generación Empresarial hemos venido realizando reuniones en grupos reducidos con directores de empresas para conocer cómo están abordando la situación social y sanitaria en sus compañías. Los cambios disruptivos que ha vivido la sociedad luego del estallido social y la crisis sanitaria no pueden dejar indiferente a nadie y los integrantes de la alta dirección son los primeros llamados a liderar la transformación que debe producirse al interior de las organizaciones.

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Es destacable que en muchas empresas existan iniciativas concretas que ponen a las personas en el centro del quehacer empresarial, entre las que destacan la creación de instancias sistematizadas de diálogo y mayor participación, reenfoque de beneficios alineados con las necesidades de los trabajadores, instauración de mecanismos que aseguren mayor diversidad a todo nivel de la organización, programas de desarrollo de proveedores, implementación de teletrabajo o trabajo híbrido con foco en la calidad de vida de las personas y preocupación activa de la salud mental de los colaboradores, y otras múltiples iniciativas.

Pero el rol social de los líderes empresariales no puede quedar circunscrito a los perímetros de cada organización en forma individual. El país enfrenta discusiones trascendentales que no sólo afectan el destino de las empresas, sino el futuro de las personas -empresarios y trabajadores- que formamos parte de ellas. En la discusión legislativa actual –por ejemplo, la asociada a los retiros de los fondos de pensiones, los cambios en el régimen de gratificaciones, la reducción de la jornada, o los aportes fiscales que pueden operar como desincentivos para volver al trabajo-, o las que están postergadas -como la revisión del sistema de pensiones, la modificación al sistema de capacitación, la sala cuna universal, la adaptabilidad de las jornadas o la profesionalización de las instancias sindicales-, los hombres y mujeres de empresas tenemos mucho que decir.

Y ni hablar de la discusión sobre los pilares económicos que van a quedar plasmados en la nueva Constitución, los que pueden aportar al desarrollo del país o condenarlo al estancamiento.

Es nuestro deber nutrir la discusión pública, el trámite legislativo y el proceso constituyente con ideas, datos y testimonios, entendiendo que somos un actor más, que no tenemos el mandato ciudadano de delinear los destinos del país, pero que tenemos un deber indelegable por aportar en estos procesos con la experiencia virtuosa, innovadora y colaborativa que emana de emprendedores y empresarios.

Llevamos demasiado tiempo haciendo alusión a diagnósticos ya conocidos. Es hora de que los que nos sentimos orgullosos del desarrollo empresarial de Chile ocupemos los espacios públicos y resaltemos el valor que tiene la iniciativa privada, mientras profundizamos nuestro compromiso con aquellos que comparten su desarrollo laboral en torno a la empresa.

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