Padre Hugo Tagle

¡Bienvenido Francisco!

Padre Hugo Tagle En twitter: @hugotagle

Por: Padre Hugo Tagle | Publicado: Martes 27 de junio de 2017 a las 04:00 hrs.
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Y viene el Papa Francisco a Chile. Entre el 15 y el 18 de enero próximo tendremos al sucesor de Pedro entre nosotros. Será una visita tan breve como intensa. Ya la elección de los lugares es un verdadero mensaje e invitación a la reflexión. Se comprende que esté en Santiago, por ser la capital de Chile. Pero la visita a las otras dos ciudades es una voz “potente” de su intención pastoral y muy en la línea de lo que ha sido su pontificado y los mensajes de los últimos meses. Temuco, símbolo de un conflicto no resuelto con La Araucanía y la inclusión real y efectiva de los pueblos originarios. E Iquique, por ser puerta de entrada a diversos pueblos, casa para cientos de inmigrantes y, por su profunda y rica religiosidad popular: la Virgen de la Tirana y San Lorenzo de Tarapacá.

Francisco viene a reanimarnos y confirmarnos en la fe; a alentarnos y compartir con nosotros el gozo del Evangelio, el amor al Señor resucitado y a su madre, María Santísima. Seguro nos hablará de la dignidad humana, desde su concepción hasta su ocaso natural. Y por ende de la dignidad de todos por igual. Ha recordado repetidamente el escándalo vergonzoso y atropellos a los marginados, de las injusticias y desigualdades, ante las que no podemos hacer oídos sordos. Es cierto que Chile no es de los países más desiguales del mundo, pero estamos lejos de ser ejemplares en esa materia. ¿Cómo mejorar? será materia de los técnicos, políticos, economistas. El punto es que no podemos seguir con “cambio automático” y continuar con un crecimiento y distribución del que aún no pocos chilenos se quedan fuera. Hay mucho que aplaudir, sin duda. El Chile que encontrará el Papa Francisco es infinitamente mejor al que encontró Juan Pablo II. Pero ello no es excusa para no abordar los grandes temas pendientes.

¿Qué queda por hacer en cada uno de nosotros, creyentes y no creyentes? El Papa es un hombre de diálogo, tiende puentes, busca puntos de encuentro, construye y no subraya majaderamente las diferencias. Aprovechemos este tiempo hasta la visita para crecer en el respeto al otro, en la dignificación e integración de los más pobres, de los postergados, de los ancianos y niños. “Chile tiene vocación de entendimiento, no de enfrentamiento” nos dijo Juan Pablo II hace 30 años. Somos un país que es “mesa para todos”. Aquí nadie sobra. Que el Papa Francisco nos encuentre más unidos, en paz, en un Chile más justo y fraterno.

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