Padre Hugo Tagle

Sana convivencia

Padre Hugo Tagle En twitter: @hugotagle

Por: Padre Hugo Tagle | Publicado: Lunes 17 de abril de 2017 a las 04:00 hrs.
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Existe una preocupación transversal por mejorar la convivencia cívica. Aún recordamos la triste funa que sufrió el ministro Valdés en medio de su inocente almuerzo. Una cobardía de marca mayúscula. He sido crítico de medidas del gobierno en materia económica pero las faltas de respeto, el abuso cobarde, violenta a la razón. Se encuentra en las antípodas de una cultura democrática.

Caemos en el mal trato y descalificaciones con demasiada facilidad. El otro no ha terminado de hablar y ya saltan los improperios, sarcasmos e ironías. “Hemos aprendido a volar como los pájaros, a nadar como los peces; pero no hemos aprendido el sencillo arte de vivir como hermanos”, dice una sabia frase de Luther King. “La violencia es el miedo a los ideales de los demás”, dice Gandhi. En efecto, la debilidad de los argumentos va en directa relación con la violencia con que se expresan. La verdad no requiere de gritos ni descalificaciones. Se impone por sí misma. “Puesto que yo soy imperfecto y necesito la tolerancia y la bondad de los demás, también he de tolerar los defectos del mundo hasta que pueda encontrar el secreto que me permita ponerles remedio”, dice el pensador indio.

El saber respetar y apreciar al otro es la clave para una sociedad sana y fuerte. El bien del otro es mi mejor fortaleza. Dice Einstein: “Comienza a manifestarse la madurez cuando sentimos que nuestra preocupación es mayor por los demás que por nosotros mismos”. Cuando entiendo que ver al otro feliz redunda en mi felicidad, estoy comprendiendo cómo construir sociedad. De ahí que cultivar el sentido comunitario no es romanticismo. Es lo más práctico y urgente. Soy el gran ganador en una sana convivencia, de respeto y valoración del otro. Al revés. Una sociedad que solo cultiva el individualismo, la preocupación por la propia persona, prescindiendo de los demás, está condenada al fracaso. Sociedad no es un conjunto de soledades. Se trata de personas que interactúan, en que aprenden y se enriquecen mutuamente. En año de elecciones esto es particularmente importante. Afinemos el sentido de pertenencia y preocupación por el conjunto y el otro.

La participación en las elecciones será un claro signo de esa generosidad con el conjunto. Un gran desafío que deben abordar todas las fuerzas políticas. El mejor legado para las generaciones futuras será un crecimiento en la tolerancia, respeto y aprecio por el otro. Simple y barato. A ver si aprendemos.

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