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¿Por qué importa el comercio?: Estados Unidos y Chile

Heraldo Muñoz Ministro de Relaciones Exteriores de Chile

Por: Heraldo Muñoz | Publicado: Lunes 16 de enero de 2017 a las 04:00 hrs.
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El mundo muestra claras expresiones de malestar con la globalización y el comercio libre, desde el Brexit hasta el resultado de la elección presidencial en Estados Unidos que tuvo un fuerte componente anti-acuerdos comerciales. Pero, la evidencia apunta a que el comercio abierto beneficia a países grandes y chicos. Un asunto distinto es el imperativo de impulsar políticas sociales para apoyar a los sectores vulnerables a la internacionalización económica.

Chile es un país relativamente pequeño, pero aún así nuestro país importa para Estados Unidos y otras potencias en un mundo de comercio competitivo y de búsqueda de puestos de trabajo. Hoy en día, Estados Unidos vende más productos a Chile que a mercados más grandes, como Rusia, España o Italia. Y eso significa creación de empleos.

En los últimos treinta años, Chile y EEUU han construido un vínculo sólido, que incluye intereses comunes en diversas áreas. Nuestras relaciones bilaterales se sustentan en un compromiso con la democracia, los derechos humanos y el estado de derecho.

Un paso significativo en nuestra relación bilateral fue la entrada en vigencia del Tratado de Libre Comercio (TLC) Chile-EEUU el año 2004. Ello, en el marco de la política nacional de acuerdos de libre comercio como herramienta para la apertura de nuestra economía y para garantizar certeza y predictibilidad al comercio y a los flujos de inversión. Es más, a partir del primero de enero del año 2015, los bienes de cada país han gozado de un acceso libre de aranceles al mercado del otro.

Para Chile, este tratado abrió las puertas a la economía más grande del mundo, multiplicando las oportunidades para profundizar nuestros nexos comerciales y de inversiones. Para EEUU, el TLC consolidó su relación con Chile como país confiable y estable en términos institucionales, políticos y macroeconómicos.

El TLC ha sido fundamental para el comercio bilateral, el cual ha crecido a un promedio anual de 11%. Para Estados Unidos, Chile representa un importante destino de exportaciones en la región de Latinoamérica, sumando un total de US$ 15 mil millones en 2015, cuatro veces la cantidad exportada en 2004.

Los beneficios de este tratado también han tenido un impacto en el área de servicios e inversiones. A la fecha, Estados Unidos es el principal consumidor de servicios chilenos, cuyo valor alcanzó los US$ 223 millones en 2015. Asimismo, EEUU es nuestro principal inversor, con un stock acumulado de US$ 29 mil millones. A lo anterior se suma la inclusión de capítulos medioambientales y laborales en el TLC, que han dado pie a una amplia cooperación en estas áreas, asegurando que los derechos de los trabajadores y el medio ambiente se mantengan protegidos.

Además del TLC, Chile y Estados Unidos han trabajado consistentemente en la Organización Mundial de Comercio con el objetivo de garantizar que un sistema multilateral de comercio, basado en normas, continúe beneficiando a los productores y los consumidores alrededor del mundo.

Asimismo, reconociendo la cada vez mayor importancia de la Región del Asia Pacífico para la economía global, ambos participamos en la negociación del Acuerdo Trans Pacífico (TPP), y hemos sido socios en una serie de iniciativas dentro del marco de APEC, las que buscan aumentar la productividad de nuestras industrias, y asegurar que nuestras empresas, especialmente las pequeñas y medianas, puedan competir en los mercados globales.

Existen muchas oportunidades para iniciativas conjuntas con Estados Unidos, tanto a nivel federal como estatal.

Ya hemos establecidos importantes programas con los Estados de Massachusetts y California para colaborar en investigaciones innovadoras en las áreas de educación, ciencia, biotecnología y energía. Estos acuerdos facilitan y promueven nuevos contactos entre científicos y centros de estudios en nuestros países, abriendo espacios de colaboración, en áreas como la gestión sustentable de recursos marinos, seguridad alimentaria y energías renovables.

Estos son los principales desafíos del comercio bilateral y global, que requieren de pragmatismo y definición de intereses comunes para un futuro de beneficios compartidos.

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