Rafael Rodríguez

La principal causa de la discriminación en Chile

Por: Rafael Rodríguez | Publicado: Martes 11 de febrero de 2014 a las 05:00 hrs.
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Un reciente estudio hecho por Seminarium y publicado en el último número de la revista Capital muestra que los líderes del mundo corporativo chileno provienen en forma abrumadoramente mayoritaria de colegios particulares privados. En efecto, un 84% de los empresarios, gerentes generales y ejecutivos jóvenes destacados estudiaron en colegios privados, donde apenas asiste el 7,3% del total de alumnos en edad escolar. Esta cifra de concentración prácticamente no ha experimentado variaciones en los últimos diez años como lo muestra la comparación con las cifras del mismo estudio realizado con la misma metodología hace una década.

A partir de estas cifras y de otros estudios que muestran una situación similar, algunos analistas han elaborado diversas hipótesis para explicar este fenómeno; la mayoría de las cuales implican diferentes formas de discriminación desde inconsciente, hasta fríamente planificada por parte de las elites como una forma de perpetuar su condición hegemónica. El propio futuro ministro de Educación provocó bastante revuelo al calificar a algunos de estos gerentes destacados como unos “idiotas” que han llegado a esa posición por su condición social.

La verdad es que esos diagnósticos si bien pueden tener elementos de realismo, no son ni cercanamente las explicaciones más relevantes como lo demuestran otras cifras del estudio señalado que indican que los líderes del mundo de las empresas en Chile han estudiado ingeniería comercial o civil en la Universidades Católica y de Chile, a las cuales entra un 69,5% de sus alumnos provenientes de colegios particulares pagados.

La cifra anterior permite resaltar como el principal problema de la discriminación social en Chile la pobre calidad educacional que recibe la inmensa mayoría de los chilenos, dado que el 93% de los alumnos que estudian en colegios financiados total o parcialmente por el Estado ven reducidas sus posibilidades de llegar a la elite de los negocios en nuestro país en 63 puntos porcentuales al entrar a la universidad, antes de que ninguna red social natural o planificada empiece a echar sus tentáculos. Después, una vez egresados pierden otros 16 puntos porcentuales.

En todo el mundo 63 es mucho más que 16. Sin embargo, frente al tema de la discriminación nuestros analistas se esmeran en desarrollar hipótesis que buscan en el 16 y no en el 63.

Si fuese cierto que “idiotas” de colegios particulares llegan a líderes, es mucho menos explicable sea por el factor social que por la educación que han recibido en esos colegios, ciertamente mucho mejor que la de los del sistema estatal. Con todo lo idiotas que puedan ser, sacan puntajes altos en las pruebas de admisión porque saben resolver ecuaciones, calcular ángulos de figuras geométricas y entienden razonablemente lo que leen y eso es lo que se pide como requisito para seguir con estudios superiores. Desgraciadamente estos conocimientos no son los que reciben quienes estudian en colegios financiados por el Estado.

La verdadera igualdad de oportunidades se va a dar cuando a las mejores escuelas universitarias lleguen porcentajes de alumnos proporcionales de ambos tipos de educación, no por factores regulatorios sino que por sus capacidades naturales y por el desarrollo de ellas que hayan hecho sus colegios, no como en el presente que ese desarrollo sólo lo cumplen los colegios privados.

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