El Covid-19 en una perspectiva mundial

on pocas las veces en que un país se encuentra sumido en una crisis, como la provocada por la actual pandemia del Covid-19, que es por completo ajena a él y, además, es de alcance genuinamente mundial. Por ello, aunque importa primero evaluar cómo lo está haciendo Chile para enfrentar el coronavirus —tanto desde el punto de vista de sus efectos económicos como del aspecto propiamente sanitario—, es inevitable tener a la vista y sacar conclusiones de lo que está pasando en otras partes del mundo.

Al respecto, parece inescapable constatar que, en términos generales y a más de cuatro meses de conocido el brote originado en la ciudad china de Wuhan, las consecuencias más nefastas las han sufrido países donde no se actuó con sentido de urgencia una vez confirmados los primeros contagios. La espera de semanas antes de decretar medidas drásticas como la cuarentena hizo que Italia y España, pese a poseer los recursos de dos naciones industrializadas, hoy concentren más de la mitad de las muertes en todos el mundo.

Incluso hoy se está viendo cómo la lentitud de algunos gobiernos (o de algunos gobernantes) en considerar a Covid-19 como una grave amenaza desde el inicio —como Estados Unidos y México— los ha llevado recién esta semana a conferirle públicamente ese carácter, así como a decretar medidas en consonancia con la gravedad de la emergencia, cuando las cifras de contagio y las proyecciones ya son alarmantes.

Por otra parte, estamos viendo al mismo tiempo cómo la capacidad de respuesta del Estado —que no depende sólo de su riqueza— marca la diferencia entre escenas dramáticas como las que se han visto en Ecuador, con muertos en las calles, y países donde los sistemas de salud —como Alemania— están por ahora pudiendo contener una explosión de casos.

En ambas dimensiones, la política y la estatal, Chile ha dado señales positivas hasta el momento, si bien todavía es temprano para evaluar su efecto. Los ciudadanos son el otro factor clave en la ecuación. En esta hora tan compleja, el llamado es a su prudencia, vigilancia y responsabilidad.