Editorial

Los que no votaron

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a elección de este domingo fue más polarizada que la norma, pues se enfrentaban visiones fuertemente contrapuestas en temas clave de gobernanza, como también en definiciones de fondo respecto del Estado de derecho o la representatividad democrática, entre otras dimensiones. Se trataba, en suma, de dos opciones ideológicas muy distintas.

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Y sin embargo, pese a lo mucho que las propias campañas insistieron sobre la importancia de lo que estaba en juego -ya que las encuestas dieron cuenta de una opinión pública muy dividida- la participación no alcanzó a la mitad del electorado (47,6% ), por debajo del 50,9% que concitó el plebiscito constitucional de octubre 2020.

Una abstención de algo más de 52% de los votantes no es, en términos estadísticos e históricos, una "mala" cifra. Democracias estables del mundo desarrollado funcionan correctamente, y con toda legitimidad, con abstenciones que rondan el 60% e incluso más. Con todo, es imposible soslayar que el mismo día en que más de la mitad de los votantes chilenos se restaba de las urnas para elegir a sus autoridades en democracia, una proporción algo mayor de venezolanos (58%) hacia lo propio en sus controvertidas elecciones parlamentarias, bajo un régimen indiscutiblemente dictatorial.

¿Por qué tantos electores chilenos, en un momento político tan intenso como el actual y con tantas definiciones importantes sobre la mesa, optan por no acudir a las urnas? Iniciativas como el voto voluntario no han ayudado, por cierto, como tampoco ayuda una formación cívica a todas luces insuficiente desde la escolaridad.

Con todo, tal vez la mayor cuota de responsabilidad deba asignarse a los políticos, de todo el espectro, cuya conducta en los últimos años ha hecho muy poco por prestigiar a la actividad a ojos de la ciudadanía. El consecuente desencanto se refleja, en parte, en una menor concurrencia a las urnas de lo que sería saludable para darle una base sólida de apoyo -y de legitimidad- a un futuro gobierno. La democracia pierde.

Para los partidos políticos y sus líderes, esta es una reflexión atingente al balotaje que se avecina, pero sobre todo indispensable hacia futuras elecciones.

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