Cartas

Cartas a la Directora

  • T+
  • T-

Compartir

La renta presunta es una mala idea

Señora Directora:

Más allá de las molestias que el señor Juan Araya dice sufrir por mi opinión de eliminar la renta presunta y las descalificaciones innecesarias que utiliza para contra argumentar en su carta de ayer en este diario, me parece importante tener algunos a datos a la vista para poder argumentar con hechos y ayudar a construir políticas públicas basadas en evidencia.

Los últimos datos disponibles del SII muestran que el 48% de las utilidades de empresas bajo renta presunta pertenece al 1% de más altos ingresos (y el 72% de las utilidades al 5% de más altos ingresos). De hecho, de las personas que pertenecen al 1% de más altos ingresos, un 67% tiene al menos una empresa de renta presunta. Esto muestra que es un sistema que no favorece precisamente a los pequeños agricultores y transportistas, sino que es usado en forma importante como un mecanismo de elusión de impuestos.

La evidencia internacional es que, en la práctica, los impuestos en base a renta presunta producen inequidades tributarias grandes, recaudan poco, incentivan la informalidad y se usan para esconder ingresos y evadir o eludir impuestos. Por estas razones, son una mala política tributaria y se han ido eliminando en el mundo. Ese es precisamente el camino que Chile debiera seguir y por las mismas razones.

Claudio Agostini

Modernización tributaria: ¿Puro eslogan?

Señora Directora:

Mucho se discute sobre la eventual reforma tributaria. Además de la simplificación y de un estatuto PYME acorde a nuestros tiempos, creo que se deben analizar otros aspectos relevantes para modernizar nuestra legislación tributaria.

En ese sentido, poco se habla en el mercado acerca de los impuestos verdes, cuya estructura quedó mal diseñada y es claramente insuficiente. Por ejemplo, el impuesto verde a los vehículos motorizados nuevos se paga una sola vez y no mide el efecto pernicioso que a futuro puede generar ese vehículo por contaminación o por congestión vehicular. También se podrían evaluar los créditos tributarios por reciclaje, pero al parecer no hay ánimo para legislar sobre este punto.

Tampoco se habla del “impuesto a las grasas” o “fat tax”, que varias legislaciones europeas han regulado, logrando recaudaciones importantes. Por último, estamos muy al debe en materia de beneficios tributarios para personas de la tercera edad y discapacitados.

Hay que pensar en ideas que estén en línea con lo que queremos incentivar (o desincentivar) como sociedad.

Álvaro Pérez
Socio de Recabarren & Asociados

Argentina de contrastes

Señora Directora:

La actual situación económica en Argentina es de contrastes. Por un lado, el gobierno de Mauricio Macri ha logrado reposicionar a la economía como “emergente”, saliendo del grupo de “fronterizas”; es decir, aumentó su categoría de confianza en relación a los mercados y posibles inversores.

Por otro lado, está quitando los subsidios “eternos” a las cuentas de servicios básicos, lo que causa alza en el costo de vida, pero es un sinceramiento tras años de farra estatista, lo cual ha sido parte de las críticas a su gestión.

Sin embargo, el Presidente Macri apuesta a abrir mercados, en vez de cerrarse como lo han hecho los gobiernos anteriores. En algún momento alguien debía pagar la fiesta; la coyuntura en desarrollo solo deja dos alternativas: el éxito de Macri o su total fracaso.

Diego Piedra
Cientista político

Evitemos una guerra comercial

Señora Directora:

El problema de una guerra comercial no sólo radica en las relaciones bilaterales de los países involucrados, sino también en las repercusiones que estas malas relaciones puedan acarrear a otras naciones con acuerdos vigentes por ambos lados.

Bajo esta perspectiva, la posición chilena ante el conflicto comercial entre EE.UU. y China no deja de ser preocupante e incómoda, ya que el aumento a los aranceles de los productos chinos impuesto por el Presidente Trump -sumado a la respuesta inmediata del gobierno chino-, desembocó en una consistente caída en el precio del cobre que remeció nuestra economía. China es uno de los principales consumidores de cobre chileno en el mundo y un conflicto de este tipo puede escalar más allá de “un tema coyuntural”, como dijo el ministro de Minería, Baldo Prokurica.

Nuestras autoridades deben procurar, en la medida de lo posible, mantener relaciones diplomáticas que no generen estas preocupantes desaceleraciones en la economía. Mal que mal, la incertidumbre que generan repercute mayormente en los hogares, donde se nota con mayor fuerza el encarecimiento de productos importados (e incluso en las jubilaciones, ya que ataca también la confianza de los fondos de inversión).

Carla Fuentes
Directora de la Escuela de Administración y Negocios, DUOC sede Plaza Norte

Lo más leído