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Cinco cambios económicos mundiales que están ocurriendo actualmente

CHRIS GILES© 2023 The Financial Times Ltd.

Por: CHRIS GILES© 2023 The Financial Times Ltd. | Publicado: Lunes 11 de septiembre de 2023 a las 04:00 hrs.
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CHRIS GILES© 2023 The Financial Times Ltd.

En el simposio económico de Jackson Hole a fines de agosto, los banqueros centrales no se estaban haciendo ilusiones sobre la inflación. Su amenaza persiste, dijeron, y sus perspectivas se complican por los cambios estructurales de la economía mundial. Normalmente, este último argumento es fácil de ignorar porque los funcionarios siempre se quejan de que su período en el cargo está marcado por una inusual incertidumbre. En 2023, sin embargo, tienen razón. En este momento se están produciendo cinco cambios importantes en la economía global.

El primero y más inmediato es el necesario ajuste de las políticas desde reducir la inflación a mantenerla bajo control. El ritmo del aumento de los precios se ha ralentizado dramáticamente en EEUU y se está moderando en Europa, pero el presidente de la Reserva Federal (Fed), Jay Powell, y Christine Lagarde, la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), dejaron claro que es demasiado pronto para que los banqueros centrales canten victoria.

“A medida que la incertidumbre y la inflación desafían a los banqueros centrales y a los legisladores, estos también deben adaptarse a diversos cambios estructurales”.

La demanda interna en EEUU ha sorprendido a todos por su fortaleza, la cual probablemente mantendrá la inflación demasiado alta si persiste cuando el desempleo está cerca de mínimos históricos. Aunque las estimaciones actuales de la Fed de Atlanta, según las cuales la tasa anualizada de crecimiento está en camino de alcanzar el 6% en el tercer trimestre, son casi con toda seguridad erróneas, la economía estadounidense está demasiado caliente y necesita enfriarse. En Europa, la actividad comercial es sombría, pero los precios —especialmente en los destinos vacacionales— y los salarios siguen subiendo rápidamente, lo cual aumenta la perspectiva de una prolongada estanflación.

Ambas economías necesitarán tiempo para adaptarse a una inflación baja y a unas tasas de crecimiento sostenibles. Esto requerirá tasas de interés más altas durante más tiempo hasta que las presiones inflacionarias queden definitivamente atrás.

Pero juzgar exactamente cuándo está disminuyendo el riesgo de inflación es aún más difícil ahora, porque el segundo cambio importante en la economía mundial es que las condiciones de la oferta distan mucho de ser estables.

Atrás quedaron los días en que los legisladores podían comprender las presiones inflacionarias simplemente construyendo los mejores indicios disponibles de la demanda y comparándolos con una tasa anual constante de crecimiento sostenible. La pandemia y la crisis energética de los últimos tres años han hecho que ese análisis sea superfluo.

En su lugar, el análisis económico debe abarcar cambios extremos en la oferta que van desde los confinamientos por coronavirus y las fracturas en las cadenas mundiales de suministro hasta los conflictos en el suministro energético tras la invasión rusa de Ucrania. Incluso en el mercado laboral, las tendencias son muy difíciles de evaluar.

EEUU sufrió un descenso inflacionario de la participación de la población activa en edad de trabajar en 2021, antes de una alentadora y rápida recuperación más recientemente. Francia también ha experimentado grandes mejoras en la disponibilidad de mano de obra, pero éstas distan mucho de ser universales, con una renuencia o incapacidad para trabajar aún evidente en el Reino Unido.

El Banco de Inglaterra (BoE, por sus siglas en inglés) está enfrentando la solución intermedia más difícil, al tener que lidiar con problemas de oferta que van desde un persistente déficit de inversión empresarial a parte del referéndum del Brexit de 2016 hasta un fuerte aumento de las enfermedades de larga duración entre los empleados y una crisis energética. El BoE no puede rectificar estos problemas con la política monetaria, pero tiene que asegurarse de que la demanda se reduzca lo suficiente como para controlar más la inflación. Esto requerirá cierto valor.

Si el BoE tiene los problemas más acuciantes con una oferta restringida, el tercer cambio se relaciona con las finanzas públicas y se aplica más enfáticamente al otro lado del Atlántico. En pocas palabras, la Fed debe lidiar con la renuencia de la política estadounidense de mostrar moderación en su presupuesto.

Transcurridos diez meses del más reciente año fiscal, la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO, por sus siglas en inglés) calcula que el déficit del presupuesto federal es más del doble que el del mismo período el año anterior. Los ingresos de efectivo han descendido un 10%, mientras que el producto interno bruto (PIB) nominal es aproximadamente un 7% superior al del año fiscal anterior. En comparación con hace una década, la economía estadounidense ha pasado de un régimen fiscal relativamente estricto y de dinero flexible a otro de política fiscal flexible y de dinero restringido. Las naciones europeas se enfrentan a los mismos retos de defensa, demográficos y climáticos que hacen probable que se extienda un cambio similar.

Tomando una visión más amplia, el cuarto cambio es la necesidad de prestar más atención a las perspectivas económicas de India. Durante años, la suerte de China junto a los países de altos ingresos ha sido dominante en la economía mundial porque produce más bienes y servicios que ningún otro país y su economía estaba creciendo a alrededor del 8% anual.

Esos días están llegando a su fin. Aunque la economía de China es más del doble de la de India, medida con tasas de cambio de paridad de poder adquisitivo, su tasa de crecimiento subyacente se está desacelerando rápidamente. No hace falta predecir que China está a punto de sufrir un colapso inmobiliario para pensar que India pronto rivalizará con su vecino, no sólo en población, sino en su contribución al crecimiento mundial. Eso podría ocurrir incluso en el segundo semestre de este año, y es probable que sea la norma en la década de 2030.

El avance de Nueva Delhi hacia los primeros puestos de la tabla clasificatoria de contribuciones al crecimiento mundial pone de relieve el quinto cambio económico mundial. India es un caso atípico con rápida expansión. En otros países, el crecimiento de la productividad se ha desacelerado, los países están levantando barreras al comercio y promoviendo la resiliencia más que la eficiencia. En este mundo, el crecimiento mundial normal se ralentizará.

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