Claves para una convergencia política y económica sostenible
LUZ DIDIER SANTANDER Abogada
Chile se encuentra sumido en una profunda crisis política, caracterizada por la polarización y la incapacidad de generar políticas públicas que impulsen el bienestar y progreso. La falta de acuerdos que prioricen el bien común ha frenado el desarrollo, sumiendo a nuestra economía en un estado de letargo y a nuestra población en la frustración.
El debate público, dominado por el corto plazo y el populismo, ha erosionado la visión de un proyecto país inspirador. Más aún, decisiones pasadas, como las reformas tributarias y laborales mal concebidas, han agravado la situación, demostrando la imperiosa necesidad de políticas públicas de calidad, con visión de largo plazo, que corrijan los errores pasados y sienten las bases para un futuro próspero. No podemos permitir que la miopía política y las malas decisiones sigan lastrando el potencial de Chile.
“Para que Chile desarrolle su potencial, el crecimiento debe ser la prioridad. Iniciativas como Con Permiso para Crecer, Un Pacto por el Desarrollo y El Puente proponen caminos concretos para salir del estancamiento”.
Hubo un tiempo en que el país, impulsado por un gran consenso nacional, alcanzó un crecimiento promedio de 6%. Ese periodo de auge debe inspirar nuestro presente. Debemos reavivar ese espíritu en que la convergencia de visiones hizo posible el desarrollo económico y social mas exitoso de nuestra historia republicana.
Para que Chile desarrolle su potencial y satisfaga las expectativas sociales, el crecimiento económico debe ser la prioridad. Iniciativas como Con Permiso para Crecer, Un Pacto por el Desarrollo y El Puente proponen caminos concretos para salir del estancamiento. Estas propuestas deben ser la base para un nuevo pacto social.
Las empresas, motor de nuestra economía, son las que representadas por los gremios deben liderar el cambio.
El Estado, a su vez, tiene la responsabilidad de generar las condiciones habilitantes que permitan a las industrias su correcto funcionamiento. Necesitamos un Estado que coopere con las empresas y que comprenda que un Fisco sólido solo se construye sobre una economía robusta y dinámica.
En un punto de inflexión histórico, Chile hoy tiene la capacidad de forjar su destino como un líder en la economía del futuro. Nuestros abundantes recursos naturales, energías renovables, industrias de vanguardia y fuerza laboral resiliente, nos posicionan para un futuro exitoso.
No obstante, proyectos por US$ 97.000 millones, según la plataforma Prisma de Sofofa, aguardan en el limbo de la burocracia. Para desatar esta fuerza transformadora, se necesita un pacto nacional que trascienda la polarización política, uniendo al sector público y privado en una visión común.
Políticas públicas que impulsen la inversión, fortalezcan la certeza jurídica, modernicen las instituciones, promuevan la innovación, el desarrollo del capital humano, la inclusión de la mujer, y la diversificación de las exportaciones son esenciales. Tenemos la responsabilidad de crear una nueva visión de país compartida, ambiciosa y transformadora.