DF Tax | Modernización Tributaria: dejá vu del Transantiago

Magdalena Brzovic

Aunque parezca increíble, una nueva reforma tributaria se dictó mientras la mayoría de los chilenos estábamos de vacaciones. No es primera vez que el mes de febrero nos sorprende con noticias como esta. Se me viene a la mente el famoso Transantiago, ¿será que tienen algo en común?.

Sorprende que una reforma que se aplica desde el 1 de enero de este año sólo se conozca el 24 de febrero de ese mismo año, fecha en la que se publicó en el Diario Oficial. No es porque yo lo piense y lo diga, se trata de una materia ultra compleja. Como el lector comprenderá, requiere de un tiempo para su entendimiento y además de que la autoridad fiscal pueda regular por la vía de circulares y otros instrumentos la interpretación de esas mismas normas.

En resumen, tenemos una ley compleja vigente desde el 1 de enero de este año que nos impacta a todos, grandes y chicos sin conocer la opinión oficial de quien está encargado de fiscalizar su cumplimiento.

Es de toda justicia reconocer los esfuerzos del SII por dar más plazos para cumplir, pero quedamos indefensos ante una maraña de normas que determinarán nuestros negocios y actividades profesionales.

Como se dice en buen chileno, es lo que hay y con estos bueyes tenemos que arriar. La Ley de Modernización Tributaria (21.210) como todo en la vida trae cosas buenas y otras no tanto.

En materia de gastos finalmente podemos entregar a los trabajadores canchas de futbol, casinos para almuerzo, regalos de navidad y tantos otros sin que el Fisco nos castigue por eso con un 35% de esos montos, al tratarlos hasta antes de esta ley como un gasto rechazado. El requisito nuevo para que el gasto sea necesario se agradece pues ahora las empresas podrán contabilizar como un gasto los que tengan la capacidad para producir una renta, sin la exigencia absurda que deban producirla en el mismo ejercicio en que se realiza.

En materia de sueldos que se pagan los dueños que efectivamente trabajan en la empresa, la nueva ley permite que finalmente puedan ser de mercado y no solo para su dueño sino para los demás miembros de la familia que trabajan efectivamente en la empresa.

Y así muchos otros aspectos que espero poderles comentar en futuras columnas.

Y llegamos a lo no tan bueno, la técnica legislativa hace que como tantos "metieron mano" entre el proyecto presentado en agosto de 2018 por el Presidente Piñera y el texto que finalmente se publicó hay errores de referencias, conceptos que no es posible leer en un solo artículo sino que deben sacarse por conexión con otras normas, y así una infinidad de problemas que sólo hacen más dificultosa la labor de los asesores, que a estas alturas estamos infectados con el virus de la angustia para entregar un servicio profesional y serio.