Estos últimos días han sido muy movidos para el gobierno.
Desde la entrevista del ministro secretario general de la Presidencia, Nicolás Eyzaguirre, con un tono autocritico muy difícil de recordar desde hace décadas en Chile, hasta el nuevo aire dialogante entre políticos y empresarios que se observó entre lunes y martes en el Chile Day en Londres, donde incluso bromeando se hablaba del tridente de súper héroes "Burgos, Pacheco y Valdés".
Esto viene a marcar una bisagra de cómo el gobierno de la presidenta Michelle Bachelet ha enfocado su administración desde su inicio. Ya parecen estar en el olvido términos como "avanzar sin transar", "retroexcavadora", "realismo sin renuncia" y otros cuantos que ya ni recuerdo. Pues bien, ahora más que hacer leña del árbol caído o ser generales después de la batalla, hay que valorar este cambio, que las encuestas indicaban que la ciudadanía pedía a gritos, y tomarlo como una oportunidad única para que los políticos de nuestro país tengan un sentido de bien común, y legislen pensando en el largo plazo y no solamente en la próxima elección. Por supuesto esto va tanto para el oficialismo como para la oposición.
Parafraseando al ex presidente Sebastián Piñera, es difícil encontrar otra época en la cual los políticos, pensando en el corto plazo, hayan hecho "tanto daño, a tanta gente y en tan poco tiempo".
A mi entender, el foco en este periodo presidencial debiese estar en dos reformas: la tributaria y la educacional. Y dejar el resto de las reformas (constitucional y laboral) para un próximo gobierno.
Para los que no son expertos, la reforma tributaria es realmente compleja de entender (imagínense para las pymes el enredo que tienen), y genera un clima de incerteza que ya está afectando la inversión. La buena noticia es que el Ejecutivo ya anunció mejoras a esta. Así también debemos seguir incentivando el emprendimiento y la innovación en nuestro país. Como lo hemos dicho en columnas anteriores, Corfo debiese tener aún muchos más recursos y ser más relevante de lo que es hoy. Es urgente recuperar dinamismo e inversión en la economía.
La reforma educacional es derechamente mala, ya que no soluciona la base del problema, que es la educación pre escolar y escolar, sino que da gratuidad a gente que llega mal preparada lo cual no tiene ningún sentido. Lo más grave aún, es que el oficialismo reconoce esto en privado, pero como fue una promesa de campaña, sigue adelante. Todavía estamos a tiempo.