Matko Koljatic

Doctores

Por: Matko Koljatic | Publicado: Jueves 18 de diciembre de 2014 a las 05:00 hrs.
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Silenciosamente, miles de jóvenes chilenos están estudiando doctorados en universidades nacionales o extranjeras, y cientos de ellos se están graduando anualmente. Según cifras de la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica, gracias a becas CONICYT nacionales e internacionales, Becas Presidente de la República y Becas Chile, el año 2013 se graduaron cerca de 600 estudiantes con el grado de doctor.

Esta cifra es un record histórico y muestra un crecimiento exponencial, ya que de un promedio de graduaciones de doctorado de algo más de 20 estudiantes por año en los '90, pasamos a un promedio anual de algo más de 130 graduados en la primera década de este siglo y estamos en un promedio de más de 500 graduados por año en lo que va de esta década. Se espera que el número de graduados de programas de doctorado siga creciendo en los próximos años, dada la cantidad de becarios actualmente enrolados en programas de postgrado en Chile y en el extranjero.

Las cifras anteriores son una gran noticia para el país – de esas que no salen en titulares - ya que auguran una mejora sustancial en nuestra capacidad de investigación, desarrollo e innovación, considerando que el número actual de académicos con doctorados en las universidades chilenas actualmente es de algo más de 6 mil doctores.

Lo anterior es el resultado de una política de Estado - que lleva unos 20 años - que buscó disminuir nuestra brecha en la generación de nuevos conocimientos respecto a los países desarrollados. Es la misma política que han seguido desde antes países como Corea del Sur y China, al enviar a decenas de miles de sus jóvenes al extranjero a hacer estudios de doctorados, con resultados que están a la vista.

Pero, para que fructifique la política de formación de Capital Humano Avanzado falta un paso más: su contratación por las universidades y empresas del país.

En las universidades hay espacio para muchos de estos nuevos doctores, particularmente en las universidades privadas. Considere Ud. que en las universidades del Consejo de Rectores (CRUCH) trabajan algo más de 10 mil académicos jornada completa (JC) y de ellos, 5,400 tienen el grado de doctor (52%). Las universidades privadas cuentan con 4,800 académicos JC, pero solo 750 de ellos son doctores (16%). Los números anteriores hablan por sí solos.

Aunque la oportunidad de empleo en las universidades existe, para que se concrete la contratación de nuestros nuevos doctores debería haber un cambio de paradigma en la forma de operar de muchas universidades. Es evidente que es más barato que la docencia universitaria se haga con profesores de jornada parcial. Pero, considerando que en el plano legal, desde el DFL–1, se define a la Universidad como 'una institución de educación superior, de investigación, raciocinio y cultura', y que por lo tanto, corresponde especialmente a las universidades 'promover la investigación, creación, preservación y transmisión del saber universal y el cultivo de las artes y de las letras', la forma de lograr el cumplimiento de dichas tareas es, en mi opinión, con la contratación de personas con doctorados.

Por otra parte, está la oportunidad de contratación de doctores en el mundo empresarial. Ello no es fácil, dado nuevamente el paradigma existente que es más fácil comprar los conocimientos desarrollados en otras partes, ya que sería más barato que la generación propia de nuevos conocimientos. Pero, esto es una falacia evidente. Entrar en el mundo del conocimiento implica más investigación, y ello a su vez, requiere personal calificado.

De modo que, aunque la noticia de los nuevos doctores chilenos es auspiciosa, falta el paso crucial de la inserción laboral. Dados los recursos que generará la reforma tributaria, quizás una pequeña cantidad pudiera ser dedicada a subsidiar esta inserción en los primeros años de la carrera de nuestros nuevos doctores. El mejor regalo para el país sería que cambiemos los paradigmas de universidades y empresas respecto a la generación de nuevos conocimientos.

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