Mauricio Villena

¿Puede la política económica salvarnos del cambio climático?

MAURICIO VILLENA Decano Facultad de Economía y Empresa, Universidad Diego Portales

Por: Mauricio Villena | Publicado: Jueves 12 de agosto de 2021 a las 04:00 hrs.
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El reciente informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de la ONU advierte que el calentamiento global está ocurriendo, que es causado por las emisiones humanas de gases de efecto invernadero y que los impactos son, en algunos casos, catastróficos. Este mensaje no ha cambiado mucho desde el primer informe del IPCC en 1990, pero hoy ha causado un sentido de urgencia que no se había visto.

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¿Cómo puede la política económica ayudarnos a lidiar con el calentamiento global? La economía ambiental plantea como primer instrumento los “impuestos Pigovianos”, nombrados por el economista de Cambridge Arthur Cecil Pigou. En “The Economics of Welfare” (1920), Pigou introdujo el concepto de externalidad, entendido como un costo o beneficio que recibe un tercero, quien no fue parte de la transacción que lo generó y por lo tanto no lo ha aceptado. La contaminación atmosférica de los vehículos motorizados es un ejemplo de externalidad ambiental negativa: los costos no los pagan ni productores ni usuarios, sino la sociedad completa. Pigou planteó que estos problemas podrían corregirse mediante impuestos que permitan “internalizar” los costos que no incorpora el precio de mercado, a fin de que el agente económico cambie su conducta y se evite el resultado de mercado indeseable o ineficiente.

En el contexto del cambio climático, un impuesto pigoviano es el llamado Impuesto al Carbono. Éste grava las emisiones necesarias para producir bienes y servicios, haciendo visibles los costos sociales “ocultos”; es decir, reduce las emisiones aumentando los precios. Además del CO2, estos impuestos pueden cubrir gases como metano u óxido nitroso, calculando su potencial de calentamiento global en relación con el CO2.

En febrero pasado, Esteban Rossi-Hansberg (Chicago) publicó el trabajo “The Economic Geography of Global Warming” (con José Luis Cruz), que evalúa las consecuencias económicas agregadas y locales del aumento de la temperatura a nivel global, usando un modelo dinámico de la economía mundial con alta resolución espacial. Al estudiar el impacto de los impuestos al carbono, encontraron que permiten retrasar el consumo de combustibles fósiles y, por tanto, aplanar la curva de temperatura mundial; no detienen el cambio climático, sólo lo posponen (sustancialmente, hacia 2100; aun así, estaríamos en el mismo lugar que ahora para 2300). Sin embargo, también demuestran que, con tecnologías de reducción de emisiones más eficientes, el impacto de los impuestos al carbono podría ser mucho mayor: es decir la innovación tecnológica y los impuestos son políticas complementarias. De hecho, según la publicación, esta combinación es la más eficaz.

El diseño de las mejores herramientas para afrontar el calentamiento global requiere de elementos modernos de política económica que nos ayuden, a través de incentivos, a cambiar el comportamiento de la sociedad respecto de las emisiones de gases de efecto invernadero que provocan el cambio climático.

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