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Columnistas

Patagonia

José Antonio Viera-Gallo Embajador de Chile en argentina

Por: Equipo DF

Publicado: Jueves 20 de agosto de 2015 a las 04:00 hrs.

José Antonio Viera-Gallo

La Patagonia argentina parece no tener fin con sus más de 800.000 kilómetros cuadrados. Es una estepa inmensa. Había leído sobre su atractivo y la inclemencia del tiempo, pero sólo hace unos días tuve ocasión de experimentar esa sensación de infinito, visitando la ciudad de Comodoro Rivadavia, donde viven unos 15 mil chilenos.

Impresiona el contraste entre un panorama árido y la pujanza económica del puerto: es la riqueza del petróleo. Comodoro Rivadavia es la Capital Nacional del Petróleo por ser el primer lugar donde se descubrió petróleo por su importante producción de hidrocarburos. Es una de las cuencas petrolíferas más importantes de Sudamérica con una producción diaria de 1.000.000 de barriles de petróleo y 6.000.000 de metros cúbicos de gas. En la actualidad, la producción de hidrocarburos en Comodoro Rivadavia representa el 41% de la producción de la Cuenca del golfo San Jorge, que a su vez alcanza el 31,5% del total de producción del país.

Fuimos a la explotación Pampa del Castillo que tiene Sypetrol de ENAP. Pocos en Chile –salvo los entendidos –saben que la empresa chilena tiene inversiones en la Cuenca del Golfo de San Juan y en la Cuenca Austral en sociedad con YPF, y que este año se proyectan nuevas importantes inversiones.

La iniciativa conjunta chileno-argentina ha sido todo un éxito. Con un sentido de futuro se podría proyectar hacia el yacimiento de Vaca Muerta, todavía difícil de explotar en plenitud por la profundidad del gas.

Menos aún deben ser quienes sepan que en Comodoro Rivadavia tiene su asiento uno de los regimientos históricos del Ejército argentino que lleva el nombre de O'Higgins y que luego de pelear en las luchas de la independencia en el norte de Argentina, integró la expedición libertadora y peleó en Chacabuco y Maipú, embarcándose luego rumbo a Lima. Ese mismo regimiento fue uno de los que tuvo mayor presencia en la guerra de las Malvinas.

Revisando sus tropas y recorriendo su museo, me venía a la mente las historias imbricadas de nuestros dos pueblos. Desde sus orígenes, gracias al genio geopolítico de San Martín y O'Higgins, el destino libre de nuestras repúblicas fue concebido en una dimensión continental.

En la reunión con las organizaciones de la comunidad chilena -muchos provenientes de Coyhaique y Chiloé– pude comprobar que el sentimiento patrio se agranda en el extranjero. Perfectamente integrados en la sociedad patagónica, esos chilenos mantienen su identidad y sus vínculos con Chile. Algunos viajaron 400 kilómetros para asistir al encuentro. Tras mucho batallar, se aprontan a participar en la próxima elección presidencial.

El viaje no habría sido completo si no hubiera soplado un viento que alcanzó rachas de cerca de 100 kilómetros por hora. Dura es la vida de los habitantes de la Patagonia y encomiable su contribución al desarrollo. Apenas podíamos caminar. Pero en cuanto despegó el avión muchos sentimos el deseo de volver.

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