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Editorial

Actualización de la medición de la pobreza

Por: Equipo DF

Publicado: Martes 8 de julio de 2025 a las 04:00 hrs.

Tras un año y medio de trabajo, se conocieron las recomendaciones de la Comisión Asesora para la Actualización de la Medición de la Pobreza. La instancia, convocada en diciembre de 2023 por la actual administración, siguió la propuesta entregada en 2014 por la comisión de expertos impulsada por el primer Gobierno del exPresidente Sebastián Piñera, la que por primera vez actualizó esta medición desde 1987. En ella se sugirieron no solo cambios para la pobreza por ingresos e incorporar la métrica multidimensional, sino también una revisión, al menos, cada 10 años.

El trabajo de la comisión es valorable. Lo que no se justifica es postergar los resultados de la Casen hasta después de las elecciones.

Tales resultados entregaron una propuesta más exigente, que de haberse aplicado en las mediciones de 2017, 2020 y 2022 habrían llevado a la pobreza por ingresos a niveles de 24,2% a 32,2% y 22,3%, respectivamente, que aunque reflejan igual tendencia, casiprácticamente triplican las cifras oficiales de 8,7%, 10,8% y 6,5% de cada uno de esos años.

En materia de pobreza por ingresos, las principales innovaciones incluyen la sugerencia de utilizar una canasta de alimentos que, más allá de un conteo calórico, incluya patrones de alimentación saludable. Adicionalmente, se propuso utilizar una versión más actualizada de la Encuesta de Presupuestos Familiares y, emulando lo realizado a nivel internacional en países con mayor nivel de desarrollo, se sugirió eliminar el alquiler imputado y establecer dos mediciones para la pobreza, una para arrendatarios y otra para hogares propietarios.

Para la pobreza multidimensional, se planteó mantener las cinco dimensiones actuales, pero asignándole a cada una igual ponderación, además de incorporar, también a cada una, un cuarto indicador, algunos de ellos aproximándose no solo al “tener” o “no tener”, sino que a la calidad de lo que se tiene (por ejemplo, aprendizaje en educación).

Es indudable el valor del trabajo realizado por la citada Comisión. Sin embargo, aunque el análisis serio de la propuesta de actualización toma tiempo, no se justifica postergar por completo la entrega de la información socioeconómica que arroja la encuesta Casen 2024 hasta después de las elecciones, como anunció el Gobierno.

El uso de los datos Casen no se limita solo a la medición de la tasa de pobreza por ingresos y multidimensional, sino que permiten conocer en detalle la situación nacional y regional de ingresos, empleo, educación, salud y vivienda, entre otras materias, de cada grupo prioritario de la población. Mientras antes se cuente con esta información, más rápido se puede realizar un diagnóstico certero de avances y/o estancamientos que ameritan ser atendidos con urgencia no solo por el Ejecutivo y las candidaturas presidenciales, sino también por la academia, sociedad civil, sector privado y todos quienes buscan aportar a un crecimiento más sostenible.

En este escenario y, sobre todo en un año de elecciones -lo que no ocurrió con Casen 2013-, resulta recomendable separar la entrega en dos: la primera con los datos de caracterización socioeconómica de 2024 y la siguiente con la implementación de una metodología actualizada para la medición.

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