Editorial

Las necesarias reglas de la Convención

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as sesiones de la Convención Constitucional (CC) de esta semana bien podrían terminar siendo cruciales para el rumbo que tome el proceso constituyente, que hasta ahora se ha caracterizado más por diversos episodios polémicos que por avances constructivos.

La petición de indulto a los mal llamados "presos políticos" (áreas de los poderes Legislativo y Judicial), la propuesta de eliminar el concepto de "república", el aumento en tres veces de las asignaciones para los convencionales y sus asesores (miles de millones de pesos adicionales), la pretensión de imponer o excluir determinadas visiones de la historia, así como de silenciar voces críticas. Culminando con el lamentable caso del emblemático convencional que mintió acerca del cáncer sobre el cual había construido su imagen pública y su campaña electoral, y que ayer anunció su renuncia a la CC.

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Todas, en suma, situaciones que ponen en riesgo el capital de confianza ciudadana con que puede contar la CC para realizar su labor. Pero sin duda lo más preocupante fue el acuerdo del pleno, la semana pasada, para que las normas del reglamento que debe regir el trabajo de la CC sean aprobadas por mayoría simple, en lugar de 2/3, como establece expresamente el artículo 133 de la Constitución.

Preocupa la disposición de muchos convencionales a ignorar las reglas que son la base del camino que el país ha apoyado -y que deberán confirmar o no en las votaciones de esta semana, junto con otros temas controversiales, como las consultas indígenas vinculantes o los plebiscitos dirimentes -. Preocupa también que tantos de ellos parezcan creer que una Constitución elaborada sobre mayorías escuetas y pasajeras pueda ser entendida, en la letra y en el espíritu, como la “casa de todos los chilenos” que se ha planteado como objetivo.

El éxito del proceso constituyente no está garantizado y una parte importante se juega en materias como estas, pues de cómo se resuelvan depende mucha de la legitimidad que los chilenos confieran al trabajo final de la Convención.

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