Reformas distintas, discusión por separado

a agenda legislativa del gobierno para este año está especialmente cargada hacia las reformas económicas estructurales, lo que pone sobre los hombros del Congreso la pesada responsabilidad de enfrentar su trámite parlamentario con espíritu constructivo, voluntad de diálogo y capacidad de consenso. Sólo así es posible concebir que lleguen a buen puerto iniciativas tan importantes como la modernización tributaria, la reforma de pensiones, los cambios en materia laboral y el perfeccionamiento del sistema de isapres, a las cuales podría agregarse a fin de año la cotización previsional de los trabajadores por cuenta propia.

En ese contexto, y refiriéndose a las dos primeras reformas mencionadas —tributaria y pensiones—, el ministro (s) de la secretaria general de la Presidencia dijo a Diario Financiero que “la invitación es a que veamos cada proyecto por separado en su mérito, mezclar las cosas lo único que hace es dilatar los procesos y demorar su aprobación”.

En efecto, parece difícil justificar que temáticas de tan distinta índole fueran abordadas en una misma discusión, como han sugerido algunos legisladores de oposición, pues cada una aborda desafíos de naturaleza diferente: por un lado, la necesidad de asegurar un sistema que simplifique la recaudación fiscal, generando incentivos a la inversión y al crecimiento; por el otro, el imperativo de hacerse cargo de una revolución demográfica que ya está impactando a la sociedad (no sólo en Chile, sino a nivel mundial, por cierto) en ámbitos tan disímiles como el consumo, la salud, la educación y la familia, entre otros.

En la propuesta de atar ambas discusiones se percibe, precisamente, la intención política a la que alude el ministro (s), que no es otra que dilatar y quizás entorpecer su tramitación legislativa. Desde luego, no se trata de apoyar sin condiciones los proyectos gubernamentales, sino justamente de entablar un debate que genere las reformas que el país necesita, en éstas como en otras materias.