El fin de una era o, como se le llamó, “el inicio de una nueva etapa”, se selló este viernes en las oficinas de las icónicas sociedades Cascadas del grupo Pampa, que controla el 25,75% de la minera SQM. Con un amplio respaldo y la venia unánime de las AFP, los accionistas de Pampa Calichera, Potasios de Chile, Oro Blanco, Nitratos de Chile y Norte Grande, aprobaron reestructurar el laberinto societario ideado por Julio Ponce Lerou, en miras de un modelo más simple, flexible y transparente, que lo posicionaría como uno de los holdings bursátiles más relevantes del país.
La reservada protagonista de la maratónica jornada en Apoquindo 4700 fue la vicepresidenta de las Cascadas, Francisca Ponce Pinochet, quien apareció ante el ojo público por primera vez desde que su padre la ungiera como su heredera de facto en el grupo, tras anunciar sorpresivamente su salida en junio.
Así, el éxito del inédito proceso -que se divide en dos etapas para que finalmente las aguas desemboquen únicamente en Oro Blanco y Potasios- configura su primera gran prueba como la representante clave de la familia en el negocio. Y ayer, tras casi siete horas ininterrumpidas de una junta de accionistas tras otra, su sonrisa a la salida del salón reflejaba que la primera valla había sido superada con creces.
“Sí, contenta”, fue lo único que se le escuchó decir fuera de libreto, justo antes de que la puerta del ascensor se cerrara y se fuera del lugar con quien llegó: Rafael Guilisasti, presidente de las Cascadas. El hombre clave del grupo, que lideró ininterrumpidamente las cinco juntas, también se retiró feliz y, tras enterarse de que Contraloría había hecho toma de razón del contrato entre Codelco y SQM, expresó: “¡Dos buenas noticias hoy día!”. (Ver nota relacionada en pág. 22)
El mensaje de Francisca
Entre las 09:30 y las 15:55 horas, la tercera de los cuatro hijos del clan Ponce Pinochet leyó cinco veces ante los accionistas de las distintas sociedades el mismo texto con mínimas variaciones.
“Este es un momento muy importante para estas sociedades y para todos sus accionistas, donde iniciamos una nueva etapa con una mirada clara hacia el futuro”, repitió al cierre de cada proceso y tras las contundentes aprobaciones. “Es una etapa en la que buscamos fortalecer, ordenar y modernizar la estructura del grupo”.
“Lo que aprobaron hoy nos permite avanzar hacia una estructura societaria más simple, eficiente y directa. Este modelo acerca a los accionistas al activo subyacente y está pensado no solo para el presente, sino para proyectar el grupo de manera responsable y sostenible durante los años que vienen, dando paso a esta nueva generación que asumió un rol activo en la gestión”, destacó respecto a la nueva era que ella misma liderará de las Cascadas. Por último, enfatizó que, en la reestructuración, se mantiene como objetivo central de las sociedades la inversión en SQM, que ahora cuenta con pista despejada para permanecer en el Salar de Atacama hasta el 2060 gracias a su pacto con Codelco.
Trío clave y nuevo nombre
Francisca se mantuvo siempre al lado de Rafael Guilisasti, que, junto a la gerenta general Catalina Silva, configuraron un verdadero triunvirato durante el viernes, ocupando, por supuesto, las tres sillas principales de la mesa. Más allá, se sentaron José Ignacio Zamorano de BTG Pactual, que asistió el proceso de optimización, y los abogados de Norte Grande y las filiales, Josefina Castro y Fernando Barros (que también hizo de secretario), ambos de Barros, Silva, Varela & Vigil.
Los recién mencionados prácticamente no se pararon de sus asientos en siete horas. Es que luego de que la primera junta de accionistas -Norte Grande-, se extendiera más allá de lo previsto, se generó un efecto dominó en los tiempos que provocó un retraso de más de 60 minutos en el cronograma. La situación fue resentida especialmente por los contados accionistas minoritarios que llegaron de forma presencial hasta las oficinas y que, por ejemplo, tuvieron que esperar desde las 12:30 hasta las 13:40 para el inicio de la cita de Oro Blanco. Ante la demora, los altos mandos optaron por eliminar la hora de receso que estaba contemplada para almorzar e iniciaron la última junta -Pampa Calichera- a las 15:00 horas.
En los brevísimos momentos de receso, entre los presentes se comentó el que probablemente será otro gran desafío para la heredera del clan Ponce Pinochet: un nuevo nombre para las Cascadas. “Si la idea es marcar un antes y un después respecto al pasado polémico del grupo, el nombre no puede seguir siendo el mismo”, comentó a Señal DF un accionista. Conocedores de la interna del proceso confirmaron a este medio que el tema efectivamente está siendo analizado y ya habría algunas alternativas sobre la mesa.
Amplio respaldo
La aprobación de la nueva estructura se daba por hecho, ya que la familia Ponce cuenta con los dos tercios necesarios para la luz verde, pero el respaldo fue casi unánime. En cada junta, la aprobación de los tres ítems cruciales del proceso superó, respectivamente, el 97% de los votos.
En simple, las juntas visaron la fusión por absorción de Pampa Calichera en Oro Blanco, y la fusión por absorción de Nitratos en Potasios, quedando -por ahora- Norte Grande como “madre” de éstas. Asimismo, se aprobó la venta del 10% que Potasios tiene en Pampa Calichera a Norte Grande, jugada clave para “separar las aguas” de las Cascadas. En este último punto, los accionistas acordaron una modificación: en vez del precio de $721 por acción que había propuesto el directorio, la sociedad controladora -SQYA- propuso que el precio máximo de compra fuera el valor neto de los activos (NAV) con un descuento holding de hasta un 20%, lo que fue aprobado por el 88% de la junta.
Ahora, el holding comenzará a vivir la etapa de implementación de los cambios y durante 2026 se contempla que Oro absorba Norte Grande y Global Mining (filial de Pampa). 
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Patricia Marchetti
