El proyecto de reforma tributaria, marcó ayer la intensa agenda que protagonizaron durante toda la jornada los ministros políticos de palacio, incluido el titular de Hacienda, Alberto Arenas, quienes en varias oportunidades se reunieron con los parlamentarios oficialistas para abordar los detalles de la iniciativa y, de paso, cerrar los flancos que ya se anticipan en la discusión.
Así, ayer por la noche - y media hora antes que la mandataria hiciera su primera cadena nacional para explicar los principales ejes de la iniciativa de ley-, el ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo convocó hasta el palacio de La Moneda a los presidentes de los partidos de la Nueva Mayoría, además de los jefes de las bancadas de diputados y de comités de senadores del oficialismo.
El objetivo de la cita apuntaba a poner orden dentro de los partidos de la coalición gobernante, toda vez que algunos parlamentarios principalmente de la Democracia Cristiana, han manifestado públicamente sus reparos a algunos articulados del texto legal como la eliminación del FUT, y sobre todo a la celeridad que el gobierno les solicitó para despachar la iniciativa, antes del 21 de mayo en el caso de la Cámara de Diputados.
Defensa política del proyecto
Desde temprano, entre los parlamentarios gobiernistas ya circulaba una minuta que contenía los fundamentos políticos del proyecto, que les permitiría a los legisladores tener argumentos para contrarrestar las críticas de la oposición en el debate legislativo.
El texto, al que tuvo acceso DF, consigna que "el objetivo político primero es instalarse como campeones de una reforma tributaria que nos permite enfrentar de verdad las desigualdades en Educación, en Salud, en Pensiones".
Asimismo establece que "la derecha –en especial la UDI, Libertad y Desarrollo, Sofofa- quieren eludir ese debate político de tener una Reforma Tributaria que nos dé las herramientas efectivas para enfrentar la desigualdad". Además se acusa que "ese sector –aludiendo a la oposición- inventará argumentos para rechazar la reforma tributaria al que se le debe confrontar políticamente"
Respecto a las críticas que pueden surgir a la eliminación del FUT, se les sugiere contra argumentar que el origen de este fondo surge "en una situación económica especial. El año 1984 las empresas chilenas no tenían capacidad de financiar sus inversiones".
De igual forma, el texto plantea que "terminar con el FUT no afectará las inversiones y la base de tributación significará más recursos fiscales que pueden invertirse en educación de calidad, en mejor infraestructura, aspectos esenciales para mejorar la capacidad de crecimiento del país, que no realizó la administración derechista".
Sobre las críticas de la Alianza, se señala que "la oposición las disfrazará de preocupación por el crecimiento y el empleo, o que afectará negativamente a las PYME", por lo que se propone replicar que "la situación actual de desaceleración de la economía comenzó el segundo semestre de 2013 y no es responsabilidad de la Nueva Mayoría". Además que "las empresas ya internalizaron que subiría el impuesto a las empresas y lo razonable es que el proyecto de ley se despache con celeridad para despejar incertidumbres".
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