En el marco de la celebración del centenario de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la entidad dio a conocer ayer el informe elaborado por su Comisión Mundial sobre el Futuro del Trabajo, documento que invita a los gobiernos a comprometerse a adoptar una serie de medidas para hacer frente a los desafíos generados por los cambios tecnológicos que está viviendo el mercado laboral. La comisión propone un programa “centrado en las personas”, basado en la inversión en las capacidades de los trabajadores, las instituciones laborales en el trabajo decente, sostenible y de la mano con la flexibilidad laboral. “Las recomendaciones de la OIT se encuentran alineadas con nuestra política de empleo y con nuestros proyectos de ley, los que se hacen cargo de los cambios que está experimentando el actual mercado laboral”, destacó el ministro del Trabajo, Nicolás Monckeberg.
Apoyo a las personas en las transiciones
"Con el fin de respaldar a las personas en las cada vez más frecuentes transiciones del mercado laboral, los gobiernos deben incrementar las inversiones en los servicios públicos de empleo, combinando servicios digitales con el asesoramiento personal y servicios de colocación, y mejorando la información del mercado laboral para respaldar el proceso de toma de decisiones", es una de las recomendaciones de la comisión.
En esta línea, el documento señala la necesidad de capacitar y entregar mejores herramientas a los jóvenes, trabajadores de edad avanzada y mujeres, entre otros grupos.
"Valoramos las recomendaciones del informe que hace la OIT", dijo Eric Campos, vicepresidente de Comunicaciones de la CUT, quien agregó que "nosotros aspiramos a que esta revolución 4.0 se haga en el marco de una transición justa, donde la inversión en las instituciones del trabajo apunten hacia el resguardo de los derechos laborales de los trabajadores".
Ampliar la flexibilidad y "soberanía" horaria
La comisión coliderada por el presidente de Sudáfrica, Ciryl Ramaphosa, y el primer ministro de Suecia, Stefan Löfven, abordó la necesidad de construir acuerdos para que los trabajadores tengan más "soberanía sobre su tiempo", sin dejar de satisfacer las necesidades de la empresa.
Sobre esto, la comisión dice que la capacidad de ejercer un mayor control sobre las horas de trabajo mejorará la salud y bienestar de los trabajadores, así como el desempeño personal y empresarial.
Así, los expertos creen que "los gobiernos, los empleadores y los trabajadores deben invertir esfuerzos en elaborar acuerdos sobre la ordenación del tiempo de trabajo que permitan a los trabajadores elegir los horarios de trabajo, sujetos a las necesidades que tenga la empresa de una mayor flexibilidad".
Sobre esto, Monckeberg agregó que la flexibilidad es crucial, ya que el objetivo de la cartera es "generar empleos decentes y seguros, que mejoren la calidad de vida de nuestros trabajadores".
Avanzar en la igualdad de género
"Si bien se han abierto muchas puertas para mejorar la participación de las mujeres en el mercado laboral, las mujeres todavía realizan tres cuartas partes del trabajo de prestación de cuidados no remunerado de todo el mundo". Ese fue una de las principales reflexiones de la comisión respecto a las brechas salariales y la equidad de género.
Sobre esta materia, el grupo asegura que "la igualdad de género comienza en el hogar". Para lograr ello, recomiendan políticas que promuevan el compartir cuidados y responsabilidades domésticas. "Este proceso incluye la instauración y ampliación de prestaciones de permisos que animen a ambos progenitores a compartir por igual las responsabilidades de prestación de cuidados. Se requerirá una mayor inversión en servicios públicos de cuidados para garantizar un reparto equilibrado del trabajo de prestación de cuidados, no solo entre hombres y mujeres, sino también entre el Estado y la familia".
Fortalecimiento de la protección social
La comisión también abordó la necesidad de potenciar los sistemas de seguridad social. Sobre esto, los expertos recalcaron que "el futuro del trabajo precisa un sistema de protección social sólido y con capacidad de respuesta, basado en los principios de solidaridad y de reparto de los riesgos que ayude a satisfacer las necesidades de las personas a lo largo del ciclo de vida".
La instancia, si bien reconoce que los sistemas de protección social se están convirtiendo en una gran preocupación en vista de las tendencias demográficas y otros factores, señala que "una forma de prestar apoyo es aliviar la presión sobre los sistemas de protección social". Para ello, la comisión asegura que incluso si llega el momento de que los fondos públicos no den más de sí, los gobiernos tienen otras opciones para ampliar el margen fiscal, como la reasignación del gasto público, el aumento de los ingresos fiscales y la ampliación de la cobertura del seguro social y de los ingresos contributivos.
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