Cuatro semanas quedan para que comience la fiscalización por la nueva ley de etiquetado de alimentos y, tanto supermercados como productores y gobierno, están trabajando contrarreloj para la implementación.
Según reconoció Susana Carey, presidenta de Supermercados de Chile, asociación que agrupa a las doce principales cadenas del país, la fiscalización contará con dos criterios fundamentales para la aplicación de multas: el primero es si el reciento supervisado tiene sanciones anteriores con este reglamento y si existe algún riesgo sanitario para los consumidores que consuman los productos que no cumplan.
De este modo, la sensación en la industria es que la situación se moderó, ya que en algún momento se pensó en sacar todo el stock que no cumpliera con la nueva rotulación.
“Ellos van a ir a visitar y si hay productos sin etiqueta van a amonestar y van a dar un tiempo para el cumplimiento. Entonces como aquí (los supermercados) no estamos frente a un dilema de salud pública, la autoridad te dirá ‘por favor pónganse en regla en la próxima vez que vayamos a fiscalizar’. Ese es el criterio que van aplicar de la norma sin hacer ningún cambio ni extender plazos”, afirmó Carey.
Tras la reunión sostenida el viernes pasado en el Ministerio de Economía, y de la que también participó el subsecretario de Salud, Jaime Burrows, la presidenta de los supermercados dejó en claro que no se perderán alimentos, “porque son productos que están en buenas condiciones, que se produjeron en regla”.
Aseguró que en general en la industria “hay harto consenso y el diagnóstico es plenamente compartido por la industria productora, por los supermercados, por las autoridades, que efectivamente se requiere mejor información y más apoyo a los consumidores para que puedan tomar una decisión”.
Principales dudas
De acuerdo a lo detallado por el subsecretario de Salud, Jaime Burrows, las principales dudas de la industria supermercadista giraron en torno publicidad y la promoción de productos.
“La mayor parte de las dudas estuvieron en la presentación de algunos productos, si implican o no la publicidad o promoción hacia los niños o una promoción más general, por ejemplo chocolates que se venden en algunas fechas especiales. Y ahí les dejamos en claro que la forma de los productos no necesariamente es publicidad. En cambio, poner carteles es una promoción al consumo de ciertos alimentos cae en la categoría del reglamento y por la tanto en la sanción”, reconoció.
Un ejemplo de lo que pasará con Hallowen, explicó Carey. “Si la típica bruja está parada en un lugar que no atraiga ese producto con logos a menores de 14 años, no hay problema, pero si pones una figura infantil apuntando directamente al pasillo donde venden productos con logo, eso va a ser cuestionado”, dijo.
Burrows destacó la buena voluntad que han mostrado los supermercados para el cumplimiento y aseguró que “vamos a seguir con este diálogo”.
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