La supermercadista ligada al grupo Saieh, SMU, confirmó su interés de retomar sus planes de apertura en bolsa, con una oferta pública de acciones, que vienen analizando desde 2011.
Ayer, Marcelo Gálvez, gerente general de la firma, informó a la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS) que el directorio de la sociedad a fines de junio decidió iniciar "el análisis de una eventual oferta pública de acciones de primera emisión".
Esto, confirmando la noticia publicada por este medio el pasado jueves 13 de agosto, donde se abordaba el interés de reactivar este viejo anhelo del grupo.
En esta oportunidad, la compañía precisó al regulador que encomendó al Comité de Directores analizar la contratación de los asesores financieros y legales necesarios para llevar adelante dicho proceso. De todos modos, se informó que aún no ha sido contratado ningún banco de inversión. "Se estima que la apertura en bolsa podría realizarse durante el año 2016 en la medida que las condiciones del mercado de capitales lo permitan, no existiendo a esta fecha mayores avances en este proceso que los públicamente conocidos por el mercado".
Dentro de este proceso, se encomendó a la administración de la empresa que encargara a los auditores externos la realización de una auditoría de los estados financieros al 30 de junio.
SMU es controlado por CorpGroup, que posee 78,59% de las acciones. En este porcentaje aparece la familia Saieh, que tiene 69,03% de la propiedad del grupo de retail. Le sigue Southern Cross, con 12,4%; la familia Bravo -ex dueños de Bryc- con 3,35%, ILC y su 3,2%, además de la familia Repetto, ex dueños de Keymarket, que tienen el 2,45% restante.
La apertura a bolsa sería la oportunidad para que varios de ellos, incluido eventualmente Southern Cross, puedan salir de la compañía.
El último intento
El interés de SMU no es nuevo. La vez que estuvo más cerca de debutar en bolsa fue en 2013, cuando se contrataron asesores para tal efecto.
En ese entonces se debían cumplir tres condiciones, según comentaron en la administración de la época.
Primero, mejorar la gestión operacional y comercial de la compañía, reduciendo costos y mejorando márgenes. Luego, optimizar la estructura del balance, reestructurando la deuda financiera y la venta de activos no estratégicos. Finalmente, ejecutar el aumento de capital a través del IPO en mercados locales e internacionales, para lo cual era necesario evidenciar al mercado la mejora operacional de la firma.
Sin embargo, las diferencias entre los socios y los problemas operativos que enfrentaba la compañía en ese entonces, pospusieron la decisión.
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