Ensombrecida por el más reciente ataque terrorista, que se suma a una caída en su aprobación y a datos económicos peores a los esperados, la primera ministra británica, Theresa May, reanudó ayer la campaña electoral para las parlamentarias que creía tener ganadas por amplio margen pero que se anticipan más complicadas de lo previsto.
A menos de 72 horas de la consulta, el terreno en el que la mandataria pisa es totalmente inestable. Tres ataques en tres meses, un mandato que se tambalea con líderes políticos pidiendo su renuncia y el polémico debate sobre el Brexit, han debilitado la solidez que parecía tener. Aquella reputación que le valió el sobrenombre de la “Nueva Dama de Hierro” se ha visto opacada por roces dentro y fuera del país debido a sus cambios de postura sobre temas delicados, críticas a los recortes a la policía y el despegue de la popularidad del líder laborista Jeremy Corbyn.
Pugna política
Aunque May se dedicó a pedir respuestas más enérgicas para erradicar el terrorismo islámico y asegurar que su país ha sido demasiado tolerante con el extremismo, no logró evitar una nueva pugna política.
El alcalde de Londres, Sadiq Khan, aseguró que las decisiones que la mandataria ha tomado sobre política interior han tenido impacto en la seguridad nacional y rechazó su plan de recortar al menos 1.700 millones de libras (US$ 2.189 millones) en diez años del presupuesto destinado a la Policía Metropolitana. A su juicio, ello afectaría la respuesta de los funcionarios ante ataques terroristas como los del sábado que dejó siete muertos y decenas de heridos.
“No estamos recibiendo el tipo de financiamiento que necesitamos como capital”, dijo Khan. “En siete años, hemos perdido 600 millones de libras del presupuesto. Hemos cerrado estaciones de policía, vendido edificios y perdido a miles de efectivos”, apuntó haciendo referencia al despido de más de 20.000 uniformados entre 2010 y 2016, período en el que May fue ministra del Interior.
Y la presión interna siguió en ascenso. Mientras ella reiteraba la necesidad de un país “fuerte y estable”, su principal rival Corbyn pedía su renuncia por haber desestimado los llamados a no realizar los recortes en materia de seguridad.
La intervención de Trump
En tanto, May sumó ayer a su lista de críticas la posición que ha tenido frente a los comentarios del presidente de EEUU, Donald Trump, sobre los hechos en Londres.
Más allá del rechazo que ha generado su cercanía con el titular de la Casa Blanca, en las últimas horas fue muy cuestionada por no pronunciarse por los ataques a Khan. Ella prefirió referirse al “lamentable” retiro de EEUU del Acuerdo de París y en una sola oportunidad alabó el trabajo del edil. “Está haciendo un buen trabajo. Es errado decir algo más”, apuntó.
Trump acusó a Khan de usar “patéticas excusas” para justificar su llamado a la calma tras el ataque que ejecutaron tres sujetos. Dos de ellos fueron identificados como Khuram Shazad Butt, británico nacido en Pakistán de 27 años, y Rachis Redouane, de 30 y de origen marroquí o libio.
Los más férreos críticos de May apuntan a que ella no ha sido capaz de ser dura con Trump mientras sí lo ha sido, por ejemplo, con el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, a quien acusó de intentar sabotear las elecciones.
Señales de desaceleración
En medio de tensiones, la economía del país también se resiente. La actividad de servicios cayó más de lo esperado en marzo por efectos de la incertidumbre electoral y la baja de la demanda.
El Índice de Gerentes de Compras (PMI, su sigla en inglés) de IHS Markit descendió desde los 55,8 puntos que registró en abril a 53,8 el pasado mes, su punto más débil desde febrero y por debajo de la estimación de 55 puntos.
Sin embargo, Chris Williamson aseguró que el PMI Compuesto publicado hace unos días era consistente con el crecimiento de 0,5% entre abril y junio porque las empresas se mantienen en “modo expansivo”.
UBER REINTEGRARÁ PAGOS A USUARIOS TRAS ATAQUE
Uber anunció ayer que devolverá el dinero a quienes utilizaron su servicio tras el atentado de Londres. "Nos estamos asegurando que todos los viajes desde las cercanías del área afectada sean gratuitos", dijo Tom Elvidge, gerente general de Uber en Londres.
La aplicación había recibido duras críticas en redes sociales por demorar demasiado en desactivar su herramienta de "aumento de precios por alta demanda".
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