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Subsecretario de Vivienda: “Es imposible terminar con los campamentos de aquí a tres o cuatro años”

El ingeniero civil ha conformado un equipo dentro del ministerio que tiene como meta reducir el número de familias que viven en estas condiciones.

Por: Juan Pablo Escoda | Publicado: Martes 5 de febrero de 2019 a las 04:00 hrs.
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El mundo social no es algo nuevo para Guillermo Rolando. Fue cofundador de América Solidaria, una organización que tiene como fin superar la pobreza infantil en Latinoamérica y fundador de Fútbol Más, entidad que busca a través del deporte transformar la realidad de los barrios chilenos. Hoy el subsecretario de Vivienda tiene en sus manos una tarea aún mayor: tratar de erradicar la mayor parte de los campamentos de Chile. Si bien asegura estar esperanzado con este desafío, Rolando es realista y aclara que es imposible eliminarlos todos de aquí a cuatro años.

-¿Cómo calificaría la situación actual de los campamentos en Chile?

-Es preocupante. En las últimas décadas logramos una economía que ha crecido mucho, con índices que han ido al alza, lo que se ha traducido en una economía muy atractiva incluso para inversión extranjera. Pero es muy preocupante lo que se ha ido mostrando en los últimos años, ya que los catastros afirman que ha aumentado el número de campamentos. Hay varios factores que han ido influyendo en que justamente para las familias más vulnerables de nuestro país esta situación haya empeorado.

-¿Cuántos campamentos hay en Chile?

-Nosotros tenemos catastros que se desarrollan desde el Estado y hay otras instituciones, como Techo y otras fundaciones, que también nos ayudan con estas estadísticas. En el año 2011 había 27 mil familias viviendo en esta situación, totalizando 657 campamentos. La intuición que teníamos es que en los últimos años esto iba aumentando en urbes importantes del norte. Comunas como Alto Hospicio, Antofagasta, Copiapó y más hacia el centro Viña del Mar y Valparaíso. Esto se corroboró con el catastro de 2018, donde se da un aumento hacia 822 campamentos. Y el número de familias crece a 46 mil, que es lo más relevante.

-¿Qué factores lo explican?

-Son diversos. Hoy los campamentos son más grandes en comparación a años atrás. También hay un aumento de precio-suelo y de los arriendos, sobre todo en los informales (mercado negro). Las comunas en donde hay más campamentos es donde más le ha costado al gobierno obtener suelos para desarrollar proyectos. Si no se hace este tipo de gestión y no se desarrollan proyectos habitacionales, esto no se solucionará.

-¿Qué efecto ha tenido la migración?

-Las migraciones también influyen, aunque hay que aclarar que no es el 100% de la explicación. Esto es multifactorial. La inestabilidad de los empleos en los sectores más vulnerables es en mayor parte la explicación. Como Estado tenemos que ver esta situación como un todo.

“Tenemos que saber quiénes son”

-¿Cuál es el objetivo del “Plan Campamentos”?

-Es un acompañamiento constante de los profesionales en terreno con los pobladores. Se trabaja de distintas maneras: a través de un proyecto de erradicación con proyecto habitacional; Erradicación con urbanización -donde transformamos el lugar en un barrio-; y relocalización. Las familias que viven en campamento generalmente no se organizan y el estado tiene que ir hacia ellas. Uno tiene que ir a detectarlas, catastrarlas, apoyarlas social y jurídicamente, etc. A ellos todo les cuesta más.

-¿Qué labor cumple el ministerio?

-Tenemos línea directa con el equipo de campamentos. Trabajamos con ellos y los apoyamos en diversos ámbitos. La política de atención a las familias de campamento estuvo muy enfocada en darle solución a la persona. Estamos poniendo una lógica que es muy territorial también, porque cuando sacas a personas de un campamento en particular y no haces nada más con esos sitios, se te vuelve a repoblar. Muchas veces coincide en que estos lugares están en zonas de riesgo. Existen otros temas de importancia. Por ejemplo, qué pasa con la vida mientras sigues viviendo en un campamento. Todo esto es un trabajo que se ha hecho en los últimos gobiernos, no es algo de una sola administración. Pero los datos indican que la situación empeoró los últimos 36 meses.

-¿Qué rol cumple el sector privado?

-Yo creo que hay un valor bien profundo en decir “esto le tiene que importar a muchos más actores”. Cuando en una mesa de trabajo hay personas con experiencias diversas provenientes del sector privado, obviamente se genera una gran riqueza. Pero no hay que olvidar que el rol más importante en estos temas lo tiene el Estado. Esto no se trata de traspasarle la responsabilidad a otros actores. El encargado de liderar y diseñar proyectos es el sector público, pero siempre será bienvenido el aporte desde otros sectores.

-¿Se han reunido con empresarios?

-Hace unas semanas se firmó un convenio con la Cámara Chilena de la Construcción. Se ha trabajado mucho con ese sector.

-¿Cómo sigue este plan?

-Ahora viene una segunda parte en el catastro, que es la caracterización social de las familias. Tenemos que saber quiénes son y porque están en esta situación. Datos como hasta qué año estudiaron, ingresos y nacionalidad serán fundamentales para una mejor focalización de la política pública. Es importante, además, ir haciendo seguimiento a estas familias. Esto no se soluciona con sólo entregar la llave de la casa a una persona.

-¿Es posible plantearse como desafío eliminar los campamentos en algunos años más?

-Es la pregunta que siempre nos hacen. Hay que ser muy profesional y responsable. Es imposible terminar con los campamentos de aquí a tres o cuatro años. No porque no se quiera, sino porque para eso también debemos ayudar a las personas que están en riesgo de caer en ellos, que se encuentran en la parte invisible de este problema.

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