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Juan Claro entra al debate constitucional y junto a Bernado Larraín llaman al sector empresarial a ser "protagonistas" del proceso y verlo como una "oportunidad"

A su juicio, escribieron en El Mercurio, las organizaciones empresariales deben proponer contenidos e identificar donde estas las convergencias y divergencias en materias como la autonomía de ciertas instituciones del Estado, la responsabilidad fiscal o quién define el cómo se procuran los derechos sociales, entre otras.

Por: Rossana Lucero | Publicado: Domingo 9 de febrero de 2020 a las 11:56 hrs.
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Un llamado al mundo empresarial a no inmovilizarse frente al proceso constituyente hicieron hoy quien fuera presidente de la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa) entre 2001 y 2005, Juan Clario, y el actual timonel del gremio -y cuyo período concluye en 2021-, Bernardo Larraín.

A través de una columna en El Mercurio, los representantes del mundo privado plantearon "mirar" esta etapa de debate sobre la carta magna como una "oportunidad", validando tanto el camino "reformista que sugiere la opción apruebo, como aquel, también reformista, que plantea la alternativa rechazo".

Y junto con sostener que la "cuestión del orden público no debe ser utilizada para idealizar una alternativa o estigmatizar la otra", destacaron la importancia de no confundir optimismo con ingenuidad. "Orden público y ausencia de coerción y funas representan condiciones habilitantes mínimas para garantizar la libre expresión de todos los puntos de vista, lo cual es requisito fundamental para que el proceso, en cualquiera de sus vertientes, pueda canalizar ese reformismo gradual que transforme esta crisis en una oportunidad", expusieron.

En este contexto, agregaron que mientras el Estado debe asumir la responsabilidad de dar señales claras para generar esas condiciones mínimas habilitantes, "las organizaciones empresariales debemos desde ya ser protagonistas de este proceso, proponiendo contenidos e identificando donde estas las convergencias y divergencias en materias como la autonomía de ciertas instituciones del Estado, a responsabilidad fiscal o quién define el cómo se procuran los derechos sociales, entre otras".

También, remarcó la dupla Claro-Larraín, "debemos advertir sobre la frustración que podría arrojar este proceso si es que "no abordamos, de manera simultánea y con igual importancia, el desafío de modernizar nuestro Estado para que esté acorde con las exigencias que han manifestado los ciudadanos y con los desafíos del siglo XXI".

Para los dirigentes, "sin un aparato público eficaz y eficiente, al servicio del desarrollo y bienestar de las personas, una Constitución será sólo palabras".

Finalmente, destacaron, "debemos proponerles a los ciudadanos el sentido común que subyace a un proyecto país cuyos pilares dibujan una sociedad libre y una economía abierta, donde mercado, empresa y Estado evolucionan para enfrentar desafíos como el de profundizar la competencia y el buen trato a los consumidores en los mercados, a los colaboradores y proveedores en la empresa y a las comunidades en los distintos territorios, y donde mejorar el acceso y calidad a la salud, educación, pensiones y espacios públicos sea una responsabilidad de todos".

La columna de los empresarios concluyó recordando que durante la transición a la democracia existió un dilema similar al de hoy. "Afortunadamente -acotaron-, prevaleció un mundo empresarial con convicciones que, consciente de los riesgos del proceso que se iniciaba, no se inmovilizó y fue protagonista de los cambios. Hoy debemos tomar el mismo camino". 

 

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