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Neurociencia para los cerebros corporativos

Las charlas sobre ciencia tuvieron enorme éxito en el foro de Davos este año y los expertos creen que puede sacudir los cimientos de la economía.

Por: andrew hill | Publicado: Viernes 24 de abril de 2015 a las 04:00 hrs.
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La neurociencia está generando gran emoción. En los estudios de liderazgo, está iluminando la corteza prefrontal de los expertos en coaching, marketing, ejecutivos e, inevitablemente, de charlatanes.

Las charlas sobre las ciencias del cerebro han tenido un enorme exceso de demanda en el Foro Económico Mundial celebrado este año, llevando a algunos académicos a murmurar sobre los días en que los profesores de negocios, y no los científicos, eran los que arrastraban a las multitudes en Davos.


En una sesión, Tania Singer del Instituto Max Planck para la Cognición Humana y Ciencias del Cerebro, reveló una investigación preliminar que muestra que los ejercicios intensivos en la empatía, la toma de perspectiva y la atención plena pueden romper hábitos egoístas y cambiar "el hardware del cerebro" para que las personas se vuelvan más altruistas. Robert Shiller, premio Nobel de Economía, dijo a la misma audiencia que esos resultados podrían remecer los cimientos de la economía ortodoxa. La investigación tiene también implicaciones para la gestión.


Durante décadas, la gente estudiaba las organizaciones como si los gerentes fueran intercambiables.

Después, los investigadores comenzaron a identificar los diferentes tipos y modos de pensar de los ejecutivos y sus compañías. Ahora, "estoy leyendo todo lo que cae en mis manos sobre neurociencia", dice Abbie Smith de la escuela de negocios Chicago Booth, que ha analizado los beneficios para las empresas que designan a ejecutivos "frugales".


Una investigación bien publicitada mostró hace años que el hipocampo posterior de los taxistas londineneses se ha alargado con los años lo que les ha llevado a memorizar el trazado de la capital de Reino Unido. Si los últimos avances científicos hace que sea más fácil cambiar a los ejecutivos de un "tipo" (digamos, egoístas) a otro (altruistas), podría abrir nuevas posibilidades para la formación y desarrollo.


La neurocientífica Molly Crockett destacó en su charla TED llamada "Cuidado con la neuro-patraña", que más personas están de acuerdo con las conclusiones de un artículo científico con una imagen del cerebro que si el mismo artículo no está ilustrado. "¿Quiere vender? Ponga un cerebro", concluyó.


Aun cuando la neurociencia es buena, a veces se limita a explicar las nociones que ya estaban claras en estudios psicológicos o de comportamiento. También hay preocupaciones éticas. Un jefe sin escrúpulos podría utilizar técnicas de entrenamiento cerebral para hacer mejor a su equipo y perseguir fines malos o de corto plazo (otro panelista en Davos señaló que, sin una inyección de valores, el ejercicio del cerebro podría producir "francotiradores conscientes" letalmente precisos). También podría utilizar métodos más directos, las drogas para mejorar la cognición es el más obvio, sin tener en cuenta los efectos secundarios.


Bárbara Sahakian, investigadora de la Universidad de Cambridge, detectó que los emprendedores se adaptaban mejor a tomar decisiones "en caliente", como hacer una inversión de riesgo, que sus contrapartes de gestión. Extrapolando estos resultados, las compañías pueden diseñar cursos para ayudar a los ejecutivos más temerosos a tomar decisiones rápidas.


Un obstáculo mundano es el tiempo. Un nuevo libro, Neurociencia para el Liderazgo, escrito por un neurólogo, un coach ejecutivo y un psicólogo, señala que desarrollar algunas de estas habilidades todavía "depende de una tremenda motivación y voluntad, y años de práctica, la reflexión y retroalimentación". La mayoría de los directores ejecutivos no tienen años. Pero sus sucesores sí. Algún día, la neuroimagen dirá a los reclutadores más sobre el potencial -y la forma de darse cuenta de él- de lo que los certificados de MBA alguna vez lo hicieron.

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