Draghi defiende continuidad de estímulos con tasas en negativo

El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, indicó ayer en un discurso ante el parlamento holandés que es demasiado pronto para que el principal organismo monetario de la zona euro declare la victoria en su intento por impulsar la inflación de la región, que llegó a 1,9% en abril, pese a los indicios de recuperación económica.

Estos comentarios sobre el impacto de la política monetaria del BCE cobran especial interés tras la victoria de Emmanuel Macron en las elecciones presidenciales francesas, ya que una vez eliminada la incertidumbre en una de las principales economías de la eurozona, este organismo podría comenzar a endurecer su mensaje en un entorno de aceleración del crecimiento económico europeo.

Todo sigue igual

Sin embargo, las palabras de Draghi confirman que desde los cuarteles de Frankfurt no tienen prisa por acabar con su política monetaria ultralaxa, que mantiene desde hace más de un año los tipos de interés en 0% y la facilidad de depósito en -0,4%. Además continúa con sus compras de deuda a razón de 60.000 millones de euros (US$ 65.153 millones) al mes hasta diciembre.

Las medidas, tanto convencionales como no convencionales, tienen un objetivo claro, impulsar la inflación cerca pero por debajo del 2%. Eso pese al continuo llamado en sentido contrario de los países más “ricos” de la zona euro, como Holanda o Alemania.

Recuperación cíclica

En su discurso ante el parlamento holandés recordó el 60° aniversario del Tratado de Roma y los 25 años transcurridos del Tratado de Maastricht, pero también apuntó que “los datos recibidos confirman que la recuperación cíclica de la economía de la zona euro es cada vez más sólida y que los riesgos a la baja han disminuido aún más”. Para añadir que “sin embargo, es demasiado pronto para declarar que ha sido un éxito. Las presiones inflacionarias subyacentes siguen siendo moderadas y aún no han mostrado una tendencia convincente al alza”.

Además, Draghi dijo que los beneficios de la política monetaria del BCE compensan sus efectos secundarios, aunque reconoció el aumento de los precios de la vivienda y la alta deuda de los hogares en algunos países, como en Holanda.

Los mercados tienen marcado en rojo el próximo 8 de junio, fecha en la que se celebrará el siguiente consejo.