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Cartas a la Directora

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En el Congreso, casi siempre menos es más

Señora Directora:

La discusión sobre la “sequía legislativa” se ha basado en la crítica opositora al oficialismo por no producir más leyes. Más allá de la posible obstrucción legislativa o la falta de voluntad política de la oposición, lo relevante es la nula reflexión política que subyace en esa crítica.

La cultura de legislar prácticamente todo es una enfermedad que no sólo sufre nuestro país, sino Latinoamérica. World Justice Project y Doing Business advierten acerca de esta tendencia. Las conclusiones de ambas instituciones internacionales relevaron que Chile cayó un punto en términos de libertad legislativa desde 2016, y en comparación con los países OCDE, sigue siendo uno de los más bajos en términos de calidad normativa.

Estas malas legislaciones se traducen en dificultades para la inversión, baja empleabilidad o mayor corrupción institucional. El ánimo irrenunciable y esquizofrénico de solucionar todo mediante normas parte de la creencia que toda inoperancia o solución radica en la falla o falta de una ley. Esta premisa es una paradoja: ley que falla, es tapada con otra ley. Muchos legisladores parecen no entender que más leyes no equivalen necesariamente a mayor eficiencia normativa. Rebalsar el vaso no necesariamente ayuda a saciar la sed.

Esteban Montoya Mistretta
Investigador Fundación para el Progreso

Señora Directora:

Mucho se ha dicho y escrito sobre una supuesta “sequía” legislativa. Sin embargo, hace pocos días, y con el canto de un diputado en el Congreso incluido, las chilenas y chilenos nos enteramos de la instauración del Día del Rock, en lo que fue destacado como un acuerdo transversal por parte de todos los sectores políticos. Sí, tal cual.

Esto demuestra que, más que una sequía, el problema de nuestros congresistas es la definición de prioridades y responder a las urgencias ciudadanas. Porque cuando se trata de legislar sobre salud, educación, empleo, seguridad ciudadana e incluso sueldo mínimo, la tramitación se entrampa, la discusión se acalora y todo queda en foja cero. Pero cuando se trata de promulgar “días” o incluso de aumentos express a las dietas parlamentarias, entonces ahí logran quorum históricos de asistencia.

Sería bueno que, de una vez por todas, nuestra clase política atienda y escuche a los ciudadanos a quienes, mal que mal, les deben sus escaños.

Rodrigo Alonso Durán Guzmán

¿Adónde vas, Argentina?

Señora Directora:

La actual situación económica en Argentina es de contrastes. Por un lado, el gobierno de Mauricio Macri ha logrado reposicionar a la economía como “emergente”, saliendo del grupo de “fronterizas”; es decir, aumentó su categoría de confianza en relación a los mercados y posibles inversores.

Por otro lado, está quitando los subsidios “eternos” a las cuentas de servicios básicos, lo que causa alza en el costo de vida, pero es un sinceramiento tras años de farra estatista, lo cual ha sido parte de las críticas a su gestión.

Sin embargo, el Presidente Macri apuesta a abrir mercados, en vez de cerrarse como lo han hecho los gobiernos anteriores. En algún momento alguien debía pagar la fiesta; la coyuntura en desarrollo solo deja dos alternativas: el éxito de Macri o su total fracaso.

Diego Piedra
Cientista político

Materiales plásticos y la nueva ley

Señora Directora:

El gobierno de Chile ha querido dar una señal en la dirección correcta prohibiendo la entrega de bolsas plástica de comercio, que suelen ser utilizadas una única vez y empleadas finalmente para la disposición domiciliaria de residuos en forma no segregada.

La medida podría ser más efectiva si, entre otras cosas, cumple con (1) proveer alternativas de materiales amigables con el medioambiente, de baja huella ecológica (bajo consumo de agua, energía y producción de gases de efecto invernadero en todas sus etapas de su ciclo de vida) que sean certificables y trazables; (2) si extiende su campo de aplicación a un amplio grupo de materiales plásticos de consumo masivo denominados duros y blandos; (3) si provee mecanismos para cuantificar su impacto en los ambientes que se intenta proteger; (4) si establece lineamientos que permitan valorizar los residuos generados, ya sea en la forma de esquemas de recogida segregada o separada, esquemas de reciclaje, sistemas de biodegradación, esquemas de reuso o transformación en otros productos valiosos para la sociedad; (5) si se integra transversalmente con elementos formativos, sociales y económicos.

La medida de prohibir las bolsas de plástico en el comercio, tal y como está aprobada, resulta poco precisa y podría generar, incluso, externalidades negativas por el uso de otros materiales que sólo en apariencia son amigables con el medioambiente.

César Sáez
Académico Ingeniería UC, Asesor DICTUC

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