Señora Directora:
Hablar de sequía en Chile es algo que ya se volvió común. Una generación entera mira incrédula a los mayores cuando cuentan que en invierno a veces no podían salir, porque las calles estaban inundadas. Esa realidad los jóvenes de hoy no la conocen. Los expertos hablan de un terremoto silencioso y de la peor sequía en décadas.
Frente a esta realidad, la innovación puede jugar un rol clave. Israel es un ejemplo a seguir, porque hace mucho tiempo están pensando e innovando en este ámbito. Hoy cuentan con una cultura de desperdicio de agua menor al 10% (Londres desaprovecha un 40%); un sistema de desalinización, donde el 80% del consumo proviene de estas plantas, y tienen el sistema de regadío más eficiente. Y buscan ir por más, ya que desde el gobierno se sigue impulsando la innovación en esta materia.
El agua representa el recurso natural más importante y la base de toda forma de vida. Es prioritaria la inversión en innovación para paliar esta catástrofe hídrica y que autoridades, empresas y academia se den cuenta de que tenemos una oportunidad única para cambiar esta alarmante realidad.
Anil Sadarangani
Director de Innovación Universidad de los Andes